La situación de las finanzas públicas

Cada catalán aporta 2.251 euros de media más de los que recibe

AGUSTÍ SALA / FIDEL MASREAL
BARCELONA

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Cada catalán aporta de media 2.251 euros más de los que recibe en forma de gasto del Estado. Esa cifra, calculada en términos reales en base 2009 (es decir, una vez descontada la inflación), se recoge en la actualización de los balanzas fiscales que ayer presentó el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, en un acto al que asistieron numerosos expertos y representantes del mundo académico. Otro dato: de cada euro recaudado en Catalunya, 43 céntimos se gastan fuera. Toda una munición de cifras a pocos meses de iniciar la negociación del pacto fiscal con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Entre los años 1986 y 2009, el déficit fiscal de Catalunya -el desfase entre lo que recibe en forma de gastos del Estado y lo que aporta a través de los impuestos- se ha quedado anclado en una media del 8% del conjunto de la riqueza que genera la comunidad. Es un nivel «inaguantable» y «excesivo» tanto a largo como a corto plazo, según sentenció el conseller en lo que fue la enésima exposición pública sobre la precariedad de las arcas públicas catalanas. A lo largo de 24 años, lo que los catalanes aportan de más por persona ha pasado de 1.076 euros a 2.251.

El informe, elaborado por mandato del Parlament, es la actualización del que realizó el grupo de trabajo creado en el 2004 e incluye los datos del 2006 al 2009. Además de la coordinación de la subdirectora general de Financiación Autonómica, Montse Bassols, el informe ha contado con la colaboración de las profesoras Núria Bosch, coordinadora del grupo de trabajo, y Marta Espasa, también miembro del grupo y autora del cálculo de las balanzas fiscales 2002-2005. El equipo de trabajo fue calificado de «plural» por el conseller de Economia.

Mas-Colell, que trató de desvincular los resultados del sistema de financiación que entró en vigor en el 2009 y que fue acordado por su predecesor del tripartito, Antoni Castells,

consideró que «la evidencia» y «la transparencia» no perjudican a las negociaciones para mejorar la situación. En su opinión, «la solución es el pacto fiscal» porque el déficit fiscal «casi es un diezmo», en referencia al impuesto del 10% que se pagaba a los reyes, gobernantes y líderes eclesiásticos sobre el valor de las ganancias o mercancías. El conseller evitó ayer poner el dedo en el ojo del PSC respecto a los efectos del vigente sistema de financiación a la hora de reducir el déficit fiscal. «La repercusión del modelo de financiación es con seguridad positiva; sin ello, la cifra sería diferente», admitió Mas-Colell. Un tono constructivo coherente con la evidencia de que Govern y PSC recuperarán el diálogo para intentar un acuerdo sobre la propuesta de pacto fiscal.

En el 2009, el último año del que existen datos cerrados y en el que ya entró en vigor el nuevo modelo de financiación, el déficit fiscal equivalió al 8,4% del PIB catalán o, lo que es lo mismo, 16.409 millones de euros, casi la mitad de los presupuestos consolidados de la Generalitat o el doble del déficit de caja. En el 2006, fue del 7,9% del PIB; en el 2007, del 8,1%, y en el 2008, del 8,5%.

El estudio refleja que de 1986 al 2009 Catalunya representó de media el 19,49% de los ingresos del Estado y recibió una media del 14,03% del gasto, incluida la Seguridad Social. Excluida esta, la aportación media del periodo es del 19,73% y la porción recibida del gasto, del 11,17%.

CONTINUIDAD / Mas-Colell expresó su deseo de que el Gobierno del PP tome el relevo del Ejecutivo del PSOE y dé continuidad a la única ocasión en la que desde Madrid se hicieron públicas las balanzas fiscales autonómicas, tras años de reclamaciones políticas desde Catalunya.

Sin embargo, la respuesta del PP dejó ayer poco margen para el optimismo. La secretaria general de los populares (y presidenta de Castilla-La Mancha, una comunidad con superávit fiscal), María Dolores de Cospedal, explicó que la opinión del PP sobre las balanzas fiscales es la de «siempre». Esto es, que «España tiene una organización política y administrativa muy descentralizada, la más descentralizada de toda Europa -subrayó, en referencia al sistema autonómico-, que cuenta con unos principios básicos tanto materiales como formales que garantizan la viabilidad del país en su conjunto y también de las comunidades», informa Patricia Martín.

Al respecto de esta fría respuesta, el president, Artur Mas, ya admitió que «Madrid no tiene ningún interés en todo esto del déficit fiscal». En este tanteo previo a la negociación en el que las balanzas juegan su papel, Mas mantuvo el tono firme sobre la cuestión: «El déficit fiscal es una realidad como una catedral, enorme y, además, crónico, por eso hacemos esta batalla». Una batalla en la que el Govern mantiene, de entrada, intacto su objetivo: la llave de la caja de la recaudación de todos los impuestos.