REUNIÓN EN LA MONCLOA

Mas consigue que Zapatero autorice a la Generalitat a endeudarse

La primera emisión de deuda, de 2.500 millones, podrá realizarse antes de que el Gobierno apruebe el plan de austeridad

Artur Mas y José Luis Rodríguez Zapatero, en la Moncloa.

Artur Mas y José Luis Rodríguez Zapatero, en la Moncloa. / SV/zj

MANEL VILASERÓ / Madrid

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha conseguido que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, autorice a la Generalitat en "los próximos días o semanas" a endeudarse para hacer frente a la delicada situación de sus finanzas en la reunión que ambos han mantenido en la Moncloa durante casi una hora y media.

La emisión, de entre 2.000 y 2.500 millones de euros, será de deuda a largo plazo y se hará antes de que el Consejo de Política Fiscal del próximo mes de marzo apruebe el plan de estabilidad que ha presentado por la Conselleria d'Economía. Más adelante podrán llevarse a cabo nuevas emisiones, según ha explicado el president a la salida del encuentro.

Dura negociación

Zapatero ha adquirido estos compromisos, según Mas, porque la Generalitat ejecutará "a rajatabla" el plan de austeridad que prevé un recorte del gasto del 10% y porque "él sabe que somos gente seria, que cumple". El plan está condicionado, sin embargo, a que el Ejecutivo abone a la Generalitat las facturas pendientes que según esta se le adeudan y Zapatero dio solo una respuesta parcialmente positiva a esta cuestión. El Gobierno pagará los 759 millones correspondientes a la liquidación del año 2008 de la disposición adicional tercera del Estatut (inversión en infratructuras) pero no ha aceptado abonar en el 2011 los más de mil millones que le tocarían a Catalunya por el fondo de competitividad. Ahí no parece que Zapatero vaya a ceder.

En su primera reunión tras cinco años de distanciamiento, Mas no ha lanzado ni un solo elogio a su interlocutor y ha evitado en todo momento lanzar las campanas al vuelo. Se ha limitado a hablar de "indicios positivos" porque, ha repetido en más de una ocasión, "soy gato escaldado". Cuando se le ha interpelado por su relación personal se ha limitado a señalar que solo aspira a que exista una "cordialidad institucional" que permita "el deshielo" y en este sentido dijo haber salido "expectante". Mas se ha mostrado desconfiado también en terreno de las transferencias pendientes. "Ha dicho que algunas ya están maduras, pero llevamos oyendo esto mucho tiempo", ha señalado.

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