El naufragio republicano

Carod pide una purga en ERC...

Josep Lluís Carod-Rovira, en el Palau de la Generalitat, en octubre.

Josep Lluís Carod-Rovira, en el Palau de la Generalitat, en octubre.

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BARCELONA

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josep Lluís Carod-Rovira avisó de que rompería su silencio después de las elecciones. La dirección de ERC lo interpretó como una amenaza y, visto cómo se despachó ayer su exlíder, la cúpula republicana tenía motivos para inquietarse. Para empezar, en una entrevista con RAC 1, Carod pidió la dimisión de su sucesor, Joan Puigcercós, y del secretario general, Joan Ridao. «En cualquier partido europeo democrático se hubiera solucionado esa misma noche», dijo. Y por si alguien no tenía claros sus motivos para exigir cabezas, remató: «Una dirección que en dos años ha hecho perder a ERC medio millón de votos y la mitad de sus diputados en el Parlamento español y en el catalán solo tiene una salida digna». O sea, que asuma sus responsabilidades y siga el ejemplo de José Montilla, como el mismo Carod subrayó.

Pero ya se sabe que la dignidad va por barrios, y más cuando se acumulan rencillas personales. El exlíder republicano confesó que hacía un año que no mantenía una conversación en serio con Puigcercós. Para ser exactos, desde que el presidente de Esquerra lo apartó con el argumento de que su participación en la campaña «restaría votos» al partido.

Visto el pésimo resultado cosechado por ERC el 28-N, 10 diputados, el vicepresidente del Govern en funciones se siente con autoridad para criticar abiertamente a su partido aunque, acaso porque hace más de tres décadas que se conocen, evitó cualquier recriminación a Ernest Benach, un carodista que aceptó hacer tándem con Puigcercós en las elecciones autonómicas.

PLANES DE FUTURO / La previsión más inmediata de Carod es participar en la campaña municipal para ayudar a aquellos candidatos que han reclamado su presencia. No son los únicos planes que tiene en mente. Estos días está hablando con mucha gente para ver si es posible impulsar algún tipo de plataforma que pueda aglutinar el espacio de centroizquierda y tener una voz común en Madrid. Algunos de ellos son dirigentes del sector catalanista del PSC.

El exjefe de los republicanos puntualizó que no consistiría en crear un partido nuevo, aunque tampoco desveló cómo debería concretarse. En todo caso, el objetivo sería conseguir que PSC, ERC e ICV-EUiA tuvieran su propio espacio en Madrid. De todas formas, advirtió de que, si al final Esquerra «va en otra dirección», tal vez apele a una de las máximas de Winston Churchill: «A veces hay que cambiar de partido para continuar defendiendo las mismas ideas».

RESPUESTA DE LA CÚPULA / La dirección de su partido, todavía medio conmocionada tras haber perdido 11 escaños, intentó ayer no meter más cizaña en la deteriorada relación con Carod, a pesar de que fuentes de la cúpula republicana recordaron a su exlíder que, como miembro que es de la permanente, de la ejecutiva y del consejo nacional, si tiene algo que decir, puede utilizar los organismos internos de Esquerra. «Los debates deben hacerse dentro del partido y no fuera. Seguro que su opinión se tendría en cuenta», aseguró una fuente de la dirección.