ESTRATEGIA DE LOS CONSERVADORES

El PP se pone en guardia para evitar desmanes de su ala dura

Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy.

GEMMA ROBLES
MADRID

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La dirección del PP hará la vista gorda con el alcalde de Valladolid y sus intolerables calificativos sobre Leire Pajín. Es más, la opción más probable es que repita como candidato en las próximas municipales. De hecho, el regidor pucelano ha recibido, vía telefónica, el aliento del propio Mariano Rajoy, quien, según su entorno, considera un simple error las declaraciones machistas de Javier León de la Riva por «lo precipitado» de su opinión sobre la nueva ministra de Sanidad. Pero la cúpula popular teme que esta «excepción» pueda convertirse en regla general dentro de sus filas, y que la estrategia de comunicación diseñada por el nuevo Gobierno -y capitaneada por su vicepresidente y portavoz Alfredo Pérez Rubalcaba-, saque de su letargo al ala dura del partido para intentar dar la réplica.

Los contras de la posible «radicalización» del PP como reacción a los ataques que está recibiendo (y le seguirán lloviendo desde la Moncloa y la sede socialista en esta nueva etapa) preocupan a los colaboradores de Rajoy. Tanto que han sido motivo de reflexión y de horas de conversación en los últimos días. Y han conllevado que, durante el pasado fin de semana, destacados dirigentes conservadores hayan aprovechado actos con la militancia e, incluso, alguna entrevista en medios afines, para hacer continuos llamamientos a la «moderación».

GALLARDÓN ALERTA / Uno de los populares más activos a la hora de advertir de los riesgos de «caer en la trampa» del discurso radical está siendo el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. El sábado pasado, en el seno de una convención del PP que reunió en Madrid a más de 4.000 personas, se encargó de lanzar en nombre de la dirección del partido un primer aviso. «Frente al radicalismo en que ha entrado la izquierda, ese socialismo que no reconocen los propios históricos liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, el PP no caerá en un radicalismo alternativo. No vamos a hacerles el juego, no vamos a ponérselo así de fácil. Y frente a una izquierda radical, no se encontrarán una derecha radical, sino una derecha moderada y centrada, solvente y cercana», dijo.

Además, Gallardón concedió una entrevista al diarioLa Razón en la que volvió a incidir en que el momento actual, tras la remodelación del Ejecutivo, es «delicado» para su organización. «Hay quien puede creer que el radicalismo del PSOE tiene que tener una respuesta radical de la derecha, pero eso sería un profundo error. Más que nunca debemos insistir en la moderación y en el centrismo», sentenció, en un mensaje claramente dirigido a algunos de sus compañeros de partido y a determinados sectores mediáticos.

RAJOY SE IMPLICA / El desvelo de Gallardón es compartido por casi toda la dirección del PP. Incluido Rajoy, que se puso manos a la obra el pasado domingo en un mitin en Linares (Jaén) y se sumó a las apelaciones a la tranquilidad, después de recordar a los suyos que los sondeos les son propicios y que entrar en el cuerpo a cuerpo con un Ejecutivo que ha pasado al ataque podría ser, a su entender, un desacierto. «Si ellos [los socialistas] quieren radicalizarse, os aseguro que yo no me voy a radicalizar, porque no soy así y no conviene a España», enfatizó para que tomara nota su militancia.

Ayer, ante empresarios en Santander, Rajoy dijo ser consciente de que el PSOE busca «señuelos» para orillar al PP y acortar distancias. «Pues el PP no se va a radicalizar», garantizó. Pero, para evitarse nuevos disgustos como el del alcalde de Valladolid, seguirán dando toques.