nueva jornada de interrogatorios por el 'caso millet'

El arquitecto del Palau pone en aprietos al edil García-Bragado

Fèlix Millet, ayer, a la salida de su declaración ante la jueza en la Ciutat de la Justícia.

Fèlix Millet, ayer, a la salida de su declaración ante la jueza en la Ciutat de la Justícia.

J. G. ALBALAT / Barcelona

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El arquitecto Carles Díaz, empleado del despacho de Óscar Tusquets y que durante 30 años ha trabajado para el Palau de la Música, admitió ayer ante la jueza Miriam de Rosa Palacio que es el autor del manuscrito que fijaba el camino a seguir para que la operación urbanística por la que se pretendía construir un hotel impulsado por Fèlix Millet se hiciera sin publicidad y en base a unos criterios sospechosos. El documento, fechado en marzo del 2006 (antes de que se iniciara los trámites) resume una conversación entre el arquitecto y el entonces responsable municipal de Urbanismo de Barcelona, Ramon García-Bragado.

El manuscrito, hallado en el despacho de Jordi Montull, mano derecha de Millet, es una de las principales pruebas de la fiscalía, hasta el punto de que fue usada por la jueza para imputar a García-Bragado, al gerente de Urbanismo, Ramon Massaguer, y al mismo arquitecto Carles Díaz. El documento apunta a que los ideólogos del proyecto del hotel, desde el punto de vista de la tramitación administrativa, son el teniente de alcalde y el gerente de Urbanismo, ya que se indica en el mismo escrito que García Bragado y Massaguer habían acordado los pasos que se debían realizar para la recalificación de uso del solar donde iba a ir el equipamiento hotelero.

El documento, titulado «Plan especial entorno Palau de la Música», detalla que el convenio que debía firmarse entre la Generalitat y la entidad cultual debía hacerse «sin publicidad» (así ocurrió), y que posteriormente se tenía que rubricar otro acuerdo a tres bandas, con la participación del Ayuntamiento de Barcelona. Sin embargo, para realizar este tramite se debía solicitar a la Administración autonómica un dictamen positivo sobre el hotel.

LOS PARTIDOS / «Antes de enviar a la Generalitat (Departament de Cultura) hay que enviar copia a Ramon García-Bragado para que de el visto bueno y avise a Cultura que es muy urgente hacer el informe favorable», dice el texto. Y añade: «Es necesario que Fèlix Millet tenga políticamente [esta palabra está subrayada] el trámite controlado ante TODOS [en mayúsculas] los partidos políticos».

Díaz declaró ayer durante una hora y media como imputado ante la jueza que investiga la operación urbanística, que al final fue paralizada, y ha reconocido la conversación con García Bragado, que este el miércoles negó haber mantenido. Montull, por su parte, declaró también ayer que había recibido el manuscrito que se halló en su despacho de manos del arquitecto.

El arquitecto, defendido por el abogado Cristóbal Martell, reconoció que fue él quien redactó el manuscrito, pero precisó que no se trataba de una transcripción literal de la conversación que había mantenido con García-Bragado, sino que el texto incluye reflexiones suyas. Fuentes jurídicas explicaron que Díaz afirmó que al referirse a que el convenio entre la Generalitat y el Palau se debía hacer «sin publicidad» quería decir que no tenía que ser sometido a información pública.

LA OCULTACIÓN / No obstante, según fuentes de la acusación, Montull interpretó que la firma del convenio debía permanecer oculta, por lo que el Palau, a diferencia de la difusión de otras actividades, no informó del acuerdo, rubricado el 8 de marzo del 2006, unos días después de establecerse la hoja de ruta.

La fiscalía sostiene que resultaba clave para que «la operación especulativa» entorno al hotel tuviera éxito que el convenio con la Generalitat permaneciera escondido durante la tramitación urbanística. El hecho es que no fue ni aportado al expediente que tramitó el ayuntamiento para la modificar el uso del solar. H