Las votaciones

La unidad catalana sobre el Estatut salta por los aires en el Congreso

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida (derecha), observa al diputado del PSC Daniel Fernández, ayer en el Congreso.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida (derecha), observa al diputado del PSC Daniel Fernández, ayer en el Congreso.

JUAN RUIZ SIERRA / ALBERT OLLÉS
MADRID

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Los partidos catalanes escenificaron ayer en el Congreso su nula capacidad de acuerdo sobre el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que recorta el Estatut y el plan de acción para hacer frente a sus consecuencias. Ni el grupo socialista –incluidos los 25 diputados del PSC– quiso añadir a su propuesta el pacto de mínimos alcanzado el viernes en el Parlament, que recoge el preámbulo de la Carta catalana, ni CiU, ERC e ICV apoyaron la única resolución que tenía visos de salir adelante: la del PSOE, que por otra parte sostenía en su último punto que dicho preámbulo, con su referencia a Catalunya como nación, tiene «perfecta cabida» en la Carta Magna. Nadie cedió y todo quedó en nada. O si quedó en algo fue en un ensayo general de las elecciones catalanas, con el PSC y CiU acusándose de caer en la «vergüenza».

La vergüenza. Para el socialismo catalán –cuyo texto fue derrotado por 174 votos en contra, 169 a favor y 4 abstenciones, las anunciadas de ICV-IU y otras dos, por error, de diputados del PP–, la federación cayó en ella, dijo el diputado Daniel Fernández, por su «electoralismo». Fernández, artífice de la propuesta presentada por el PSOE, dijo más. Tachó la actitud de los convergentes de «interesada, egoísta, destructiva y tacticista», y los acusó de haber «trabajado intensamente» durante todo el día «para que otros grupos se sumaran» a su voto negativo.

También para CiU el PSC se instaló en el terreno de la vergüenza al ser incapaz, según señaló el parlamentario Pere Macias, de votar una resolución, la convergente, que incluía el texto pactado en el Parlament y fragmentos de la declaración, tan crítica con el TC, que pronunció elpresident, José Montilla, tras conocerse la sentencia. Macias subrayó que los socialistas catalanes habían demostrado que no tienen ni «voz distinta a la del PSOE» ni «coherencia» para «votar lo mismo en Catalunya y en Madrid». El diputado de CiU desveló además que, en aras de facilitar el acuerdo, la federación había ofrecido al PSOE la posibilidad de suprimir de su propuesta de resolución las palabras del discurso de Montilla, de manera que solo se votase la declaración sobre el preámbulo aprobada en el Parlament, una opción que, según Macias, los socialistas rechazaron.

POSIBLES ALIANZAS / Tan inmersos están PSC y CiU en la campaña catalana, donde son los dos candidatos a gobernar, que dejaron fuera del pulso a ERC e ICV. Ni siquiera los mencionaron. Unos, los socialistas, porque pese a que Esquerra votó en su contra, son socios en el tripartito y aspiran a seguir así. Y los otros, la federación nacionalista, porque llevaron a su redil a los republicanos, con los que quizá forjen futuras alianzas poselectorales.

Conscientes del nuevo escenario, los diputados de ERC buscaron también votos llevando al límite el discurso independentista que han desplegado en Madrid tras la sentencia del alto tribunal. El republicano Joan Tardà incluso acabó su discurso con un significativo «¡Visca Catalunya lliure!». Por su parte, Joan Herrera, de ICV, basó su abstención en la presunta tibieza del PSC. «Nuestra propuesta era de mínimos, pero ni así hemos podido llegar un acuerdo. Necesitábamos un compromiso más concreto. Ustedes no querían un pacto, sino una tregua», dijo a los socialistas.

Tregua o no, el PSOE salió del Congreso con una única derrota. El grupo socialista llegó al hemiciclo con 15 propuestas, que iban desde el aborto hasta la dependencia, pasando por la justicia y la seguridad vial, y en una sesión de poco debate y muchas votaciones (se discutieron 90 resoluciones, más las enmiendas), ganó 14. Todas, menos la del Estatut. Una nueva constatación de cómo el PSOE sigue padeciendo el llamadoproblema catalán.

CiU fue la gran triunfadora de la tarde, gracias a su mayor margen de maniobra en Madrid. El PSC no solo fue incapaz de mantener en la Cámara baja la unidad catalana que había tratado de encabezar desde que se conoció la sentencia del TC, sino que luego tuvo que asistir a un nuevo guiño de complicidad entre el portavoz de la federación, Josep Antoni Duran Lleida, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con ocasión de la votación del techo de gasto presupuestario, antesala para aprobar las cuentas para el 2011.