DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Zapatero se compromete a recomponer con reformas de leyes parte del Estatut enmendado por el Constitucional

PILAR SANTOS

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José Luis Rodríguez Zapatero ha empezado su discurso en el debate del estado de la nación con ese guiño sobre el Estatut que tanto esperaba el president de la Generalitat, José Montilla. El jefe del Ejecutivo se ha comprometido en sede parlamentaria a hacer cambios legales para recuperar "algunos de los aspectos" del Estatut que la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) ha recortado. Zapatero no ha citado a qué aspectos se refiere, aunque hace dos semanas el Gobierno aseguró que está dispuesto a modificar la ley orgánica del poder judicial, pero sí que ha concretado que lo hará "en diálogo con la Generalitat de Catalunya".

Zapatero considera que el tribunal ha considerado anticonstitucionales algunos artículos no por razones de fondo, sino por el tipo de norma para regularlos, por lo que, cabe la posibilidad de volver a encauzarlos.

El jefe del Ejecutivo ha dedicado los primeros minutos de su intervención al fallo del Constitucional y ha introducido el asunto recordando que su Gobierno fue "receptivo" a la voluntad de los catalanes de reformar el Estatut y se comprometió a desarrollarlo y aplicarlo. "Muchos hubiéramos preferido que el Estatut no se hubiera visto envuelto en la incertidumbre provocada por una impugnación ante el Tribunal Constitucional que lo cuestionaba globalmente y de raíz (...). El Estatuto debió ser, desde su misma gestación, un instrumento de convivencia y no de confrontación", ha declarado en referencia al recurso interpuesto por el PP. En estos años en los que se ha estado aplicando la Carta Autonómica catalana, ha continuado, se ha demostrado que "no se rompía España" ni tampoco "consagraba discriminaciones entre los españoles", dos frases que durante años pronunciarion los dirigentes conservadores para justificar su denuncia ante el TC.

Sin referencia a la manifestación

Zapatero ha evitado comentar la manifestación del sábado en Barcelona, aunque, de manera indirecta, ha dejado constancia de que no considera la masiva asistencia de catalanes como un punto de inflexión en el relación con el Ejecutivo central. "Me dispongo a seguir contribuyendo al desarrollo y aplicación del Estatut como es mi obligación. Y no solo por obligación, sino como expresión de la legítima opción política de un Gobierno que no recela del autogobierno, sino que lo reconoce, y que no teme la fuerte identidad política de Catalunya, sino que la respeta", ha afirmado antes de anunciar que está dispuesto a recuperar algunos aspectos del Estatut.

El asunto al que ha dedicado más tiempo, no obstante, ha sido la crisis. Zapatero no ha podido hacer esta vez ningún anuncio estrella, por la coyuntura económica, y ha intentado hacer un discurso realista: ha pedido apoyo a los partidos políticos para las reformas pendientes y sacrificio a los ciudadanos. "El momento es decisivo para engancharnos definitivamente al grupo de países al que siempre hemos querido pertenecer (...) La confianza en nostros mismos no es una cuestión de fe, es una cuestión de memoria", ha declarado.

El debate ha comenzado con un minuto de silencio en memoria del socialista Félix Pons, que fue presidente del Congreso de los Diputados entre 1986-1996, fallecido el pasado 2 de junio, a los 67 años.