La entrevista CON EL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT Y PRIMER SECRETARIO DEL PSC

Montilla: "La música de Solbes sobre la financiación no es aceptable"

Una semana agitada  José Montilla, durante la entrevista con este diario, en las dependencias del president en la Cámara catalana.

Una semana agitada José Montilla, durante la entrevista con este diario, en las dependencias del president en la Cámara catalana.

JOAN M. PERDIGÓ / LUIS MAURI
BARCELONA

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José Montilla está viviendo una semana agitada: pleno del Parlament sobre la crisis económica, firmeza verbal ante José Luis Rodríguez Zapatero --"le he creado problemas y le crearé más"--, primer susto a cuenta de Pedro Solbes sobre la financiación autonómica, y a partir de hoy y hasta el domingo, congreso del PSC, con cara a cara con Zapatero en el acto de clausura. Entre una cosa y otra, el presidente de la Generalitat ha concedido una entrevista a EL PERIÓDICO, realizada entre el miércoles y ayer mismo.

--El Gobierno central, por boca del vicepresidente Solbes, ha expuesto las líneas generales de su oferta de financiación autonómica. ¿Qué opinión le merecen?

--La música no es aceptable. Esperemos a conocer la letra.

--Su conseller

--Sí, es preocupante. Ya les he dicho que no es aceptable. Y si la letra no es mejor, se lo diremos el martes en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. La negociación seguirá, y no será fácil.

--El 9 de agosto, la fecha que marca el Estatut para llegar a un acuerdo marco, ya está aquí. ¿Hay tiempo suficiente?

--Si hay voluntad política, yo creo que sí. Después habrá que desarrollar el acuerdo, pero para diseñar el nuevo modelo hay tiempo suficiente... Si se quiere.

--¿Qué garantías tiene hoy de que habrá acuerdo?

--La garantía de mi compromiso. Sobre la garantía del Gobierno español, tendría que preguntárselo a él. Yo trabajo para que el día 9 haya acuerdo, pero solo puedo comprometerme por lo que represento, el Gobierno de Catalunya.

--El Estado condiciona al alcance de la crisis la mejora del sistema y su aportación adicional a las arcas autonómicas. ¿Es posible un acuerdo sin incremento de la aportación estatal?

--Sin recursos adicionales sobre la mesa, es imposible. Y quien tiene que ponerlos es el Estado. Es evidente que con la crisis hay menos recursos, pero el nuevo modelo tiene que proveerlos. Necesitamos más recursos porque estamos atendiendo a más ciudadanos y queremos mantener la calidad de los servicios. No tiene sentido que los recursos los tengan unos y los servicios los tengan que asumir otros sin la dotación necesaria. Esto acaba generando frustración.

--El Gobierno ha hecho públicas, por fin, sus balanzas fiscales, que en gran medida coinciden con las de la Generalitat. Ambas partes coinciden en que estos datos no han de estar sobre la mesa de negociación de la financiación. Pero es lógico pensar que pesarán...

--Ahora se confirma que teníamos razón. El Estado reconoce unos flujos que ponen de relieve la solidaridad de Catalunya y su déficit fiscal. Ya nadie, si no es de mala fe, podrá decir que Catalunya es insolidaria. El nuevo modelo de financiación ha de proveernos los recursos necesarios para hacer frente a las necesidades de los catalanes. El objetivo de la financiación no es reducir el déficit fiscal; la reducción será la consecuencia del nuevo sistema.

-- ¿Cree que usted y su partido se juegan la presidencia y el Govern a la carta de la financiación?

-- Aquí somos muy dados al tremendismo. A mí lo que más me preocupa no es mi fracaso ni el del PSC, sino el del país. Se la juega Catalunya, no solo el Govern o su presidente.

--Usted y el conseller

--Trabajamos para que haya acuerdo, pero no cualquier acuerdo. Si no es satisfactorio, tengan por seguro que no lo suscribiremos.

--Usted ha vaticinado que tendremos el mejor acuerdo de financiación de la historia. Eso, en rigor, no significa mucho. Con tres euros más, el nuevo sistema podría etiquetarse como mejor que el actual.

--No vamos a aceptar ni tres, ni 30 ni 300 euros más. Hay que definir un modelo más transparente, con más capacidad normativa, que reformule el fondo de suficiencia y la nivelación de servicios.

--El estado de desarrollo del Estatut no es como para tirar cohetes. No se avanza en traspasos. ¿Se lo toma en serio el Gobierno central?

--Han pasado dos años, pero con muchos parones. El balance es positivo, pero manifiestamente mejorable. El Gobierno de España debe tener más interés en desplegar y cumplir el Estatut.

--¿La Administración central le da al asunto la importancia que merece?

--La Administración, no solo el Gobierno, debe ser consciente de que el Estatut es una ley orgánica, no un capricho catalán. Su predisposición es manifiestamente mejorable.

--Hoy repasará su gestión en el congreso del PSC. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor?

--El PSC ha tenido un buen resultado en todas las elecciones de este ciclo. En las municipales, avanzamos en implantación territorial y renovamos candidaturas. En las generales, tuvimos una marca histórica. Y en las catalanas, en un contexto difícil, adelantadas, con un presidente de la Generalitat que no repetía como candidato, tuvimos un resultado mejorable, pero que nos permitió hacer el pacto de Entesa. A mejorar: la implantación territorial y el resultado de las catalanas.

--El consellerpresident no se dejen arrastrar fuera de la centralidad por sus aliados en el Govern...

--Creo que la reflexión de Castells no iba en esa dirección. Comparto plenamente lo que dice el conseller. El Govern no debe mirar solo al electo

rado del tripartito. Debe trabajar para el conjunto del país, y por eso debe actuar desde la centralidad, que es lo que está haciendo. Eso no es ninguna critica a los socios.

--Pues estos se han sentido aludidos.

--Puede haber gente más susceptible que otra. Yo no tengo queja del comportamiento de nuestros socios.

--Castells reclama también que se busque con más decisión acuerdos con CiU.

--Ese no es un mensaje solo de Castells. En el debate de política general, en el de investidura y en mi intervención del miércoles en el Parlament he expuesto ese principio.

--Pero Castells pone más énfasis.

--Porque a él le toca lidiar con buena parte de las cuestiones más delicadas del Estatut y la financiación, pero la búsqueda de acuerdos con CiU en los grandes temas la comparten las fuerzas que apoyan al Govern.

--Dependiendo de cómo sea la nueva financiación, ¿cabría esperar una remodelación de su Gobierno o incluso un adelanto electoral?

--Ahora no pretendo hacer cambios en el Gobierno. Si me preguntan dentro de un tiempo, pues no lo sé. Es mi prerrogativa, igual que la de disolver el Parlament.

--En el ecuador de su mandato, el tripartito no se consolida. Su imagen como president

--El Govern ha afrontado muchos problemas externos a él, como el apagón de Barcelona, los problemas de Cercanías o la sequía. En este contexto, y a pesar de él, creo que la acción de gobierno es razonablemente satisfactoria; mejorable, sí, pero satisfactoria. Las encuestas me preocupan poco ahora. Me preocuparían más en vísperas electorales.

--¿Necesita impulso su Gobierno?

--El Govern tiene impulso y solidez. Más escuelas, más hospitales, más autovías, más maestros, más mossos, más médicos... para lograr más cohesión social, más bienestar.

--Eso, si se alcanza un buen acuerdo de financiación, ¿no?

--No, no. Eso lo estamos haciendo ya. ¿Con qué dinero? Con el que tenemos ahora. ¿Que es poco? Sí, pero trabajamos con el que hay. ¿Cuándo se empezará a ver? Ya se está viendo. Las primeras estaciones de metro nuevas, para la Mercè. No vamos a esperar de brazos cruzados a la financiación autonómica.

--¿La marcha de Pasqual Maragall ha dejado huérfana al alma más catalanista del PSC?

--En el PSC no hay dos almas. Hay un alma que es la suma de muchas. El PSC siempre ha sido un partido plural, progresista, catalanista de izquierda, pero con vocación de centralidad y de gobierno. Pero a veces se confunde la cohesión necesaria de todo partido de gobierno con monolitismo. Este último no es bueno ni deseable.

--En los últimos días, los consellers

--En el PSC siempre ha habido debate. Siempre. La gente se expresa con total libertad.

--¿El PSC es hoy cosa de tres: Montilla, Iceta y Zaragoza?

--Quien afirma esto sabe que no es verdad o no conoce el PSC. El PSC es muchísimo más, afortunadamente. Igual que antes era mucho más que Pasqual Maragall.

--¿Considera que el sector más catalanista del PSC ha estado marcando el terreno cara al congreso?

--En absoluto. Yo no sé de la existencia de ningún sector catalanista. Catalanista es todo el partido.

--Bueno, sin etiquetas: ¿Marcan el terreno Castells y Maragall?

--Es normal que ante el congreso se debatan temas de interés. Lo extraño sería que no se hiciera. Esto es enriquecedor.

--¿Los que ponen más acento en la reivindicación de que el PSC tenga un grupo parlamentario propio en el Congreso no son más catalanistas?

--No. No son ni más ni menos catalanistas que los que no lo reivindican.

--Ernest Maragall dice que para ser la primera fuerza en Catalunya, hay que ser la primera voz en Madrid.

--El PSC tiene voz y voces propias, aquí y en Madrid.

--Maragall dice más: que mientras el PSC no tenga grupo propio, no será capaz de ganar las elecciones catalanas en votos y en escaños.

--Bueno, es su opinión.

--¿No la comparte usted?

--No. Y habrá que ver cuánta gente la comparte.

--Usted no ve la necesidad de que el PSC tenga grupo propio...

--Las cosas hay que plantearlas cuando son posibles. Y hoy lo impediría el reglamento. En el partido también hay quien piensa que no hace falta. Yo, lo que digo es que el PSC no ha de renunciar a tener grupo. Ahora no es posible, así que es inútil plantearlo, pero no renunciamos a reclamarlo en un futuro. Tener grupo o no tenerlo es solo un instrumento para defender los intereses de Catalunya y los del PSC.

--¿Un grupo separado no defendería mejor esos intereses?

--Puede ser que en un momento de terminado, siempre que fuera posible, resultase mejor. Si ese momento llega, el PSC recuperará el grupo.

--¿Le ha perdonado ya Zapatero que renovase la alianza con ERC?

--No sé qué es eso de perdonar. No creo que se tenga que plantear en esos términos. Tuvimos puntos de vista distintos. Eso fue todo.

--¿Cree que ya lo ha digerido?

--Eso deberían preguntárselo a él.

--Pero se da el caso que la entrevista la tenemos con usted. Usted sabe cómo es su relación...

--Tengo una relación fluida con él. Lo demás, pregúntenselo a él.

--¿Se siente incomprendido en el PSOE o incluso víctima de prejuicios territoriales?

--Por parte de alguna gente, quizás sí. Es normal: el PSOE es plural.

--¿Se cuenta el secretario general del PSOE entre esa gente?

--¿Incomprendido, han dicho? ¿Y qué más?

--Objeto de prejuicios territoriales.

--No, objeto de prejuicios, por parte del secretario general, no.

--¿Entonces, incomprendido sí?

--Tampoco. En algunos temas no hemos estado de acuerdo, pero eso es normal. Pasa en todas las familias. En todo caso, tenemos muchos más coincidencias que desacuerdos.

--¿Hablan ustedes con frecuencia y de manera fluida? ¿Abordan personalmente los puntos de fricción de sus respectivos gobiernos, como la financiación, el desarrollo del Estatut, la tercera hora de castellano...?

--Por supuesto. Por ejemplo, sobre la lengua, ¿acaso cree alguien que la defensa que ha hecho el congreso del PSOE del modelo de inmersión lingüística es ajena al PSC? Claro que no. El Gobierno hizo el decreto de la tercera hora cuando yo ya no era ministro y aún no era presidente de la Generalitat. Hoy, seguramente, ese decreto no se hubiera promulgado. Tenemos claro qué modelo educativo y lingüístico queremos y cómo fortalecerlo, y lo haremos con la ley de educación.

--El PSC muestra sus 25 diputados en el Congreso para afirmar que el PSOE ganó las elecciones gracias al electorado catalán. Pero en la dirección del PSOE se oye con frecuencia algo muy distinto: Zapatero no alcanzó la mayoría absoluta por culpa del Estatut y del tripartito.

--A mí, ningún dirigente cualificado del PSOE me ha hecho ese reproche. Supongo que entre los cientos de miles de militantes del PSOE habrá quien opine así, pero eso es otro asunto.