Pequeño observatorio

El tiempo necesario para ganar

Creo que la sólida paciencia política escocesa acabará siendo productiva

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Mi primer viaje a Escocia fue muy satisfactorio. Los paisajes, la gente, la calma. Decidí que tenía que volver. Para explorar ese país con más calma un año decidí recorrer solo la parte oriental de Escocia y el año siguiente la zona occidental. Esto me permitió conocer de una manera más tranquila y completa un país lleno de sugerencias que pedía que no fuera visitado con la prisa de un turismo programado. He recordado aquellos viajes al leer que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha estado en Londres para tener una conversación con Alex Salmond, primer ministro escocés.

Puigdemont ha declarado que para que sea aplicable a Catalunya el ejemplo de Escocia -que aspira a la independencia- solo hace falta que España haga como el Reino Unido, «y esto no es tan evidente».

Salmond ha recordado que el proceso de Escocia tampoco fue fácil y afirma que cada nación debe buscar su propio camino. Y se manifiesta optimista en relación con las naciones sin Estado que trabajan para construir uno nuevo e incorporado en la UE: «La democracia prevalece en algunos puntos». Pero Puigdemont constató las diferencias entre España y el Reino Unido subrayando la negativa del Gobierno a un referéndum sobre la independencia de Catalunya.

Recuerdo Escocia como un país tranquilo, construido por gente tenaz, segura de su identidad, que se manifestaba en los ámbitos más diversos. A lo largo de los tres viajes, hechos sin prisa, desayunando y durmiendo en 'bed and breakfast', incluso comiendo con las familias, quienes me acogían no tardaban en precisar que ellos no eran ingleses. En una casa me ofrecieron un whisky -escocés, claro- y el dueño me aconsejó: «Bébaselo poco a poco».

Pienso que la sólida paciencia política escocesa acabará siendo productiva. Fue precisamente un rey de Castilla, Sancho, que dijo esta frase, convertida en proverbio: «No se ganó Zamora en una hora».