Terribas

Mònica Terribas saludó a la audiencia el día después del 'no' de la CUP a Artur Mas con el relato de una biografía. Un hombre hecho a sí mismo, luchador antifranquista y uno de los fundadores de CDC. Con emoción, Terribas contó que su anónimo personaje había vuelto al combate con la ANC. Ahora, añadía, la CUP lo ha soltado de la mano. A él y «a toda una generación cuya revolución fue sobrevivir y hacer sobrevivir a este país contra el Estado», a aquellos que «honradamente creyeron que con la fuerza de diversas generaciones que se cogieran de las manos y con la mirada en el futuro próximo era posible conseguir lo que en los años 70 no fue posible». Pero, acababa la elegía, «los miles y miles de personas de este proceso hacia la independencia de Catalunya eran, son y serán una mayoría anónima».

Es opinable a cuánta gente ha soltado de la mano la CUP, lo que sí es evidente es que Terribas, y con ella los medios públicos de Catalunya, han soltado de la mano a millones de catalanes que no tienen la independencia en su horizonte. Muchísimos lucharon también contra la dictadura y honradamente creyeron en la fraternidad de los pueblos. Otros han plantado cara a la corrupción que ha asolado las instituciones del autogobierno catalán. Otros combaten la desigualdad, la intolerancia y la adulteración interesada de la historia. Ellos también son y serán una mayoría anónima… que paga con su dinero una voz pública que la desdeña.