tú y yo somos tres

Su propio negocio les asusta

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dice el refrán que el gato escaldado hasta del agua fria huye. ¡Ahh! Ese mismo síndrome ha protagonizado la velada de esta semana del Deluxe (T-5). Antes de emitir la entrevista que Gema López, enviada especial a Lima, realizó a la madre biológica de Chabelita Pantoja, el programa dedicó un largo, larguísimo preámbulo, a justificarse a sí mismos. Hicieron salir al presentador Jorge Javier a entonar una especie de prólogo y señalando a todos los medios que de alguna forma han hablado de la exclusiva que dio Lecturas sobre esta señora peruana llamada Roxana. Enumeró y citó diarios, revistas, emisoras de radio, cadenas -hasta citó a Antena 3 TV, el imperio de la competencia que evitan siempre nombrar- en un patético intento de protegerse a sí mismos por haber construido otra entrevista con Roxana, y emitirla. O sea, como en aquellas escenas de las teleseries que protagonizan colegiales, y que, cuando están en clase, siempre hay alguno que antes de que le castiguen se justifica ante la maestra diciendo: «Señorita, señorita, ¡Juanito y Pedrín también lo han hecho!», una estrategia que siempre resulta inútil porque la acumulación de infractores no mitiga la culpa. Y se cuidaron también mucho, durante toda la sesión Deluxe, de anteponer la expresión «supuesta madre biológica» siempre que citaban a la señora del Perú. ¡Ahh! Es evidente que los gatos de los altos despachos de Mediaset no han olvidado lo muy escaldados que quedaron tiempo atrás con su programa estrella La noria, que tuvieron que acabar retirándolo de la parrilla.

La entrevista de Gema López a Roxana, en un hotel de Lima, fue el típico ejercicio en busca del morbo de la emoción, a base de escarbar en los recuerdos del día que dio a su hija en adopción. ¿Qué sentiste cuando la entregaste? ¿Cuál fue la ultima vez que viste su carita? ¿La abrazaste mucho, lloraste mucho...? Y lo remataron pidiéndole que mirase a cámara y se dirigiera a Chabelita.

Me niego a opinar -y mucho menos a reproducir- las palabras de esta señora peruana. Es un asunto íntimo, personal, intransferible. Solo a tres personas incumbe: a ella, a Chabelita y a Isabel Pantoja.

Transformar una adopción en espectáculo mediático-televisivo, es una línea roja. No traspasable.

Aquí lo meditable es ese patético intento de justificación de los gatos televisivos. Hasta su propio negocio, del que viven, les asusta.