Editorial

El sos del sector audiovisual catalán

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El anuncio de la paralización por la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) de la firma de los nuevos contratos y de los nuevos proyectos en coproducción ha provocado un sos del sector audiovisual catalán, abocado a una alarmante crisis que afecta a unas 115 empresas y a unos 12.000 empleos directos. La decisión de la corporación se produce después de una sentencia del Tribunal Supremo en contra del recorte salarial del 5% a la plantilla de Catalunya Ràdio desde diciembre del 2012. La más que previsible repetición del caso con los trabajadores de Televisió de Catalunya obligará a que el ente público deba incrementar, según sus cuentas, unos 41 millones hasta el 2018 su partida para gastos de personal.

Es una situación muy complicada que requiere una medida voluntad negociadora y no posiciones extremistas. En primer lugar, la CCMA debe poder garantizar tanto sus compromisos con los trabajadores, como le obliga la sentencia del Supremo, como con los productores privados. No hay que olvidar que TV-3, por mandato del Parlament, ha de ser el motor de la industria audiovisual, una de las plataformas de proyección internacional de la cultura catalana.

La incipiente recuperación económica debería colaborar en una salida con un punto final de los recortes presupuestarios del ente, aunque será inevitable un ajuste del modelo de la CCMA a tiempos en los que ni la aportación pública ni los ingresos publicitarios volverán a ser los de los mejores días.