Somos 7 millones

En 1994, antes de desembarcar en internet, EL PERIÓDICO DE CATALUNYA contaba con 800.000 lectores, según el Estudio General de Medios (EGM). Veinte años después, nuestra comunidad ha crecido hasta rondar los siete millones personas en las ediciones digital e impresa, de acuerdo con las mediciones de comScore y del propio EGM. Una audiencia equivalente a la población de toda Catalunya, con la particularidad de que, gracias a la revolución tecnológica y a las redes sociales, nuestras noticias, reportajes y artículos de opinión llegan a toda España y a las comunidades hispanohablantes del resto del mundo, hito que resultaría del todo inalcanzable para una cabecera exclusivamente de papel.

Multiplicar casi por diez la audiencia no está al alcance de muchos. Y si no, basta con revisar los registros de la competencia audiovisual de la prensa escrita. En estas dos décadas, la penetración social de las cadenas de radio y televisión, medios de comunicación de masas por excelencia, no han experimentado incrementos parejos. Ni por asomo.

Mucho se teoriza desde hace años --ya se hacía en los 70 y 80 del pasado siglo-- sobre la crisis de los diarios, y no faltan chamanes que vaticinan su pronta desaparición en lo que en algunos casos, todo hay que decirlo, podría intuirse una profecía autocumplida. Pero tales agoreros no hablan tanto de periodismo como del llamado «modelo de negocio». O, lo que es lo mismo, de la dificultad para rentabilizar una audiencia creciente pero transhumante; que migra del quiosco al ordenador, la tableta o el móvil, sustituyendo el soporte físico (el ejemplar, de pago) por el contenido virtual (mayoritariamente gratuito).

La del periodismo escrito es, en suma, una crisis de crecimiento. Si la demanda de información de calidad aumenta exponencialmente, el secreto radica en ampliar y reforzar la oferta periodística, reformulando los modelos de gestión a fin de monetizar ese intercambio comercial.

EL PERIÓDICO afronta este desafío periodístico con el mismo espíritu que caracterizó al equipo fundador, liderado por Antonio Asensio Pizarro y Antonio Franco: informar, ofrecer elementos de reflexión y entretener a nuestros lectores hablándoles de los temas que más les interesan, con un lenguaje comprensibe y a través de todos los medios disponibles. Entonces, 36 años atrás, el único canal a nuestro alcance era la edición de papel, la litúrgica cita matinal en el quiosco. Pero hoy, en esta sociedad híperconectada, el público aspira a estar bien informado --con inmediatez, rigor y credibilidad-- las 24 horas del día. En casa, en el trabajo y cuando se desplaza.

Con este propósito, nuestra experimentada Redacción --como la de los diarios de referencia de todo el mundo-- está inmersa en una profunda reconversión: nuevos lenguajes periodísticos, nuevas rutinas diarias, nuevos horarios de trabajo y nuevo sistema organizativo. Todo ello, para poder atender las necesidades de nuestra comunidad en todo momento, con la calidad de siempre pero sin las limitaciones temporales y físicas de antaño.

Digital, 'premium' y papel

Todos los contenidos se publican primero en la web, se actualizan al minuto y se enriquecen con las mejores fotografías, vídeos e infografías. Incluido el material premium premium--exclusivas, entrevistas, reportajes, artículos...-- que aparece bajo el distintivo de e-Periódico y está disponible para nuestros suscriptores y usuarios registrados (estos últimos, con un cupo). Es a partir de esos contenidos de calidad publicados en nuestra web como se confecciona ejemplar que la mañana siguiente llegará al quiosco, lo que permite que cada lector elija cómo y cuándo quiere estar informado. Y que, además, nos aporte sus reflexiones, ideas y testimonios a través de Entre Todos, la sección volcada en los socios de nuestra comunidad y en ejercer con ellos el periodismo con el ciudadano.

Que sean otros quienes tiren la toalla, caigan en la nostalgia o lloren sobre la leche derramada. Esta Redacción sigue creyendo que el periodismo comprometido con la verdad y con la sociedad sigue teniendo un valor. Y también un precio.