Dos miradas

El solar del PSOE

Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, el pasado 4 de octubre en el Congreso.

Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, el pasado 4 de octubre en el Congreso. / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Todos tenemos la tentación de hablar con metáforas, y los políticos aún más. Y, como todo el mundo sabe, las metáforas son un arma extremadamente peligrosa, que nunca se sabe si está cargada o no. Nunca sabemos calcular si tiene retroceso o si funciona como un bumerán, es decir si acabaremos heridos a la hora de utilizarla. Pienso en eso cuando escucho a Javier Fernández, que aún no sé si es el administrador judicial de la quiebra, el héroe que se pone al frente de la barquita de salvamento cuando la nave se hunde o el puente que unirá el pasado desguazado del PSOE con un futuro de progresismo. Ya estamos. Más metáforas.

Pero vamos a la de Fernández. Ha dicho que «el edificio del PSOE está muy dañado, pero conservamos el solar». ¿Qué quiere decir exactamente? Cuando alguien se acerca a la masía familiar y comprueba que hay grietas, tras años de reformas, de tirar tabiques y de promover habitaciones con amplias vistas, cuando alguien confirma que en aquella casa no se puede vivir, que nadie firmaría una cédula de habitabilidad porque se está cayendo a pedazos, la solución que plantea es derruir la edificación. Respira profundamente: «Al menos el solar es nuestro», dice. «Al menos podemos edificar de nuevo».

Esto significa hacer obras. Y las obras valen dinero. Y entonces resulta que se ha de hipotecar el solar, que ya no será nuestro sino que estará hipotecado. Este es el resumen de la metáfora de Fernández. ¿Me explico?