Al contrataque

Sin miedo

La realidad nunca nos debe asustar. Es la que es y está ahí para nosotros. Para que la gestionemos, a ser posible, con honestidad

MANEL FUENTES

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Debe ser la inconsciencia, pero me apasionan los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del domingo. Cuanto más apocalípticos oigo que son los análisis, más me gustan. Muchos parecen olvidar que los resultados son los que hemos decidido entre todos. ¿Cómo van a ser malos? La crisis nos ha obligado a hacer un máster acelerado en muchas materias, pero sobre todo nos ha hecho tomar consciencia de que sobre lo público, tenemos voz y voto. Y tal vez gracias a esa toma de control hoy ya la corrupción penaliza, el bipartidismo no existe y el cabreo ciudadano va a representar un desafío real y no un susto a los de siempre. El pacto se va a tener que trabajar sin traicionar promesas electorales contraídas. No será fácil y el riesgo más evidente puede ser la parálisis como saben bien los andaluces.

En Catalunya los ejes esenciales parecen dos: el que distingue entre soberanistas y unionistas y el que distingue izquierda y derecha. Ada Colau que en mi último programa al frente de El Matí El Matíde Catalunya Ràdio, hace dos años, negaba cualquier gusanillo por dar el salto a la política, hoy es el rostro del triunfo en el Ayuntamiento de Barcelona. Y ahora estamos en lo de que no es lo mismo ganar que gobernar. Lo bueno es que poco a poco vamos a tomar consciencia de los límites. De lo que podemos hacer y de lo que no. Con deudas económicas a cuestas, la libertad siempre está más lejos. Y quizá de toda la fiesta de la democracia lo más inquietante fueron las declaraciones de algunos de nuestros acreedores hace unos días asegurando que ni Podemos ni nadie de los que se presenten aquí en unas elecciones supondría problema de estabilidad.

Política y economía

Será que el retorno de la deuda lo tienen asegurado en la Constitución y lograr ahora que dos tercios de un futuro Parlamento fraccionado lo cambie se antoja imposible. Por lo que nos tendremos que preguntar con dolor qué es lo que va a gestionar hoy nuestra política. ¿Qué margen real tendrá para cambiar una economía que en gran medida no está bajo nuestro control? Y eso por citar la vertiente social, ¿y qué pasa con la soberanista? ¿De verdad habrá elecciones el 27-S? ¿De verdad no habrá lista unitaria por el ?

Nadie controla ya el tablero y uno tiene la sensación de que hemos vuelto poco a poco a movilizarnos para controlar nuestra herramienta. Lo grave sería comprobar que esta herramienta cada vez puede influir en menos cosas. Espero que no sea así porque las ilusiones de mucha gente se desvanecerían. De momento, abracemos la complejidad, el quebradero de cabeza, el gobierno de pacto y de difícil gestión y la ilusión de muchos para que cambien las cosas. La realidad nunca nos debe asustar. Es la que es y está ahí para nosotros. Para que la gestionemos, a ser posible, con honestidad. ¡Suerte a todos!