tú y yo somos tres

Sexo en 'OT', una 'disneylandia'

FERRAN MONEGAL

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Y en un momento dado les preguntó Nina a aquellos que habian sido sus triunfitos cuando ella era la gobernanta de la academia de OT hace 15 años: «¿Y el sexo, qué?» ¡Ah! Estaban todos a su alrededor, desparramados. Era de noche. Parecían un grupo de boy scouts en torno a un fuego de campamento de verano. Al escuchar lo del «sexo», todos lanzaron alegres carcajadas y comentarios variados. El más auténtico, el de Rosa López, recordando su ingenua condición existencial. Confesó: «Yo tenía 20 años y era virgen. Deseaba chicos, pero no me habían ni tocado. Hablando en plata, ¡no me había rozado nadie!» ¡Ah! Fue un hermoso y catárquico golpe de sinceridad. Lo que no sabemos es si después de tres meses y medio en el internado, siguió sin haber conocido ni el roce de un pollastre. En cualquier caso, tiene todo el derecho del mundo a preservar su intimidad. En general, los 16 concursantes que ahora se han reencontrado en TVE-1 dieron a entender que en aquella Academia todo había sido blanco, como si los romances que se habían publicado (Nuria Fergó y Manu Tenorio o Chenoa y David Bisbal) fueran solamente suaves arpegios de un musical de disneylandia. Y el programa remató sacando aquel momento en que les visitó el cantante Cristian Castro y les advirtió: «Si eyaculas antes de cantar, pierdes dos tonos de tu voz, por lo menos». ¡Ahh! La cara que se les puso a varios fue impagable. Resumiendo: este reencuentro de triunfitos 15 años despuéstriunfitos ha sido una operación muy inteligentemente elaborada. El archivo, bien usado, provoca la mitificación de la nostalgia. Y, de paso, se potencia la actualidad de un glorioso recital.

ÉVOLE-SÁNCHEZ.- Lo más comentado de este colosal encuentro: el repaso crítico que ha dado Pedro Sánchez a la Telefónica de Pedro SánchezAlierta, y al diario El País -entre otras fuerzas combinadas- a las que acusa de haberse confabulado contra él y contra «el entendimiento de las izquierdas». ¡Ah! Évole le hizo entonces un hábil ejercicio de editoriales comparados: uno, en el que le despellejaban, y otro, en el que le glorificaban. Luminosa comparativa. ¡Ah! Este posible o imposible poder de una línea editorial enlaza con lo que le dijo Cuní (TV-3) el otro día a Pedro J.: « Cebrián dijo de usted que el problema no es que la prensa sea el cuarto poder, el problema es que usted quiere ser el primero». Y Pedro J. contestó: «Debía estar mirándose en un espejo».