Señales de alerta en la carretera

Las últimas cifras conocidas sobre siniestralidad en las carreteras catalanas reflejan un preocupante repunte en lo que va de año del número de víctimas mortales y heridos graves en accidentes de tráfico. Un verano especialmente trágico ha agravado las negras estadísticas hasta elevar a 132 las personas fallecidas a finales de septiembre, el 28% más respecto a los primeros nueve meses del año pasado. Este inquietante incremento hace añicos la tendencia a la baja de los últimos diez años y dispara las señales de alerta ante una situación que se intuye que no es coyuntural.

Durante muchos años soportamos el aumento de accidentes y de víctimas mortales sin reaccionar, como si nos encontráramos ante unos daños colaterales del desarrollo económico que fomentaba una gran movilidad circulatoria y, por lo tanto, más siniestros. Explícitas campañas de concienciación y controles más severos permitieron reducir de forma drástica en toda España la siniestralidad. Luego la recesión económica amenazó la positiva tendencia al reducirse las inversiones en mejorar las carreteras y por la falta de renovación de un parque automovilístico anticuado. A todo ello se suman ahora los accidentes debidos a distracciones por el uso al volante de teléfonos inteligentes que causan despistes fatales. Anuncia Trànsit más mano dura en una ofensiva que nos interpela a todos. No podemos volver a resignarnos a engordar unas estadísticas que se cuentan en vidas humanas.