Santa Inocencia

En pleno subidón y ante el cuadro de Tàpies, el presidente en funciones se reunió con sus 12 discípulos y parece ser que los más sensatos le advirtieron suavemente: «¿'Quo vadis',. Lógico: a un sabio del dinero como es Mas-Colell no podía caberle en su despeinada cabezota haber renunciado a un posible premio Nobel para acabar riéndoles las gracias a quienes proclaman que atracar un banco es menor delito que fundarlo. Mas-Colell sabe tanto de números que comprendió a la primera que el 48% de votos es menos de la mitad, cifra que el plebiscitario Mas sin Colell elevó a legitimadora mayoría. Tal vez alguno de los otros consellers supiese algo de letras, y, releyendo  su propio programa electoral, advirtió que en ningún párrafo se aludía a la desobediencia a la Constitución con la que tan contentos se pusieron Junqueras, Romeva, la inefable Forcadell y el mismo 'presi'. Algunos consellers cumplieron con su misión: aconsejar. A Mas no le gustó nada: quien no está con él está contra él. ¿Está él consigo mismo? No sabemos quien fue el Judas de la cena, ni adónde miraban -¿hacia el 'tàpies'?- los que, callando, otorgaron.

Tampoco sabemos si la masacre parisina -es decir, algo que va terriblemente en serio y no los artículos de broma de la rebautizada DiLL (Democràcia i Llibertat)-  ha redimensionado el tamaño de las cosas. Después de muchas clases particulares de Mas-Colell y de hojear 'La Vanguardia', Francesc Homs ha logrado comprender que los 10 diputados de la CUP son muy poquita cosa como para humillar a las 400 familias. Y ahora lo proclama indignado.

MÁS CARETAS Y DISFRACES

Por si las moscas, el hombre ya está preparando las maletas para largarse a Madrid. ¿Cómo embajador plenipotenciario de la República Catalana de Forcadell? No: como cabeza de lista autonómico de lo que queda del naufragio. Yo, en su lugar, habría hecho lo mismo: poner tierra por medio.

Tengo la tremenda suerte de no haber votado a Junts pel Sí, ya que, en tal caso, estaría profundamente dolido al ver que han jugado a la ruleta rusa con mis ahorros sentimentales, y que, a pesar  de haber perdido y haberme perdido, intentarán convencerme una vez más, una vez Mas, con nuevas caretas y disfraces. Y yo, patrióticamente amnésico, posiblemente volveré a llenar las calles con alegres cánticos y banderas hasta batir el 'Guinness de la Santa Inocencia'.

No es mi caso. Pero resulta que me ha tocado ser catalán y me avergüenza que mis heroicos representantes no paren de jugar sucio. ¿Mas 'president'? Vete a saber: igual, para continuar siendo algo más que 10 y por aquello del 'procés', los de la CUP votan al final que sí, que bueno.