La clave

La sandalia del orador

ENRIC HERNÀNDEZ

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David Fernàndez, la cara más visible de la CUP en el Parlament, ha dado la campanada con su efectista actuación ante Rodrigo Rato. Más allá de la diatriba contra la banca y de las invectivas contra el expresidente de Bankia, fue el gesto de blandir una chancla lo que hizo que las imágenes se propagaran como un virus a través de las redes sociales y los medios audiovisuales. No importaba tanto la oratoria como la sandalia del orador.

No es frecuente que una cámara autonómica analice, aunque lo haga a beneficio de inventario como es el caso, la conducta de los banqueros que protagonizaron o participaron en una crisis de inicio financiera pero que al cabo ha pasado factura a los contribuyentes. Y aún es menos habitual que un representante de la soberanía popular exprese su «desprecio» por un compareciente amagando con lanzarle una sandalia, para acabar calificándolo de «gánster». Periodísticamente, lo insólito de la secuencia justificaba sobradamente que apareciese en la primera página de todos los diarios, salvo en la de aquellos que, antes que explicar la realidad, prefieren moldearla a su gusto. Como si lo que se oculta jamás hubiera sucedido.

La política-espectáculo

Por nobles que sean los fines que pueda perseguir, la política-espectáculo tiene más de espectáculo que de política. Y los linchamientos públicos, más de ajusticiamiento que de justicia. Pero lo cierto es que, con su exabrupto, Fernàndez atrajo los focos hacia la figura de Rato, quien, al igual que el resto de exbanqueros que vienen desfilando por el Parlament, pretendía convencernos de que el sistema de cajas implosionó por causas ajenas a sus gestores.

Tanto la CUP como Ciutadans o UPD, cada uno con su estilo, han captado que su nicho electoral son los ciudadanos asqueados de la política y del sistema en general. Aprovechan las viejas instituciones para desarticular la vieja política, ofreciéndose como dinamiteros o regeneradores de un entramado corrupto y caduco. Con una ventaja: como la política rompió todas sus promesas, a los líderes de la antipolítica tampoco se les exigen mayores concreciones. Tarde o temprano habrá que hacerlo.