Análisis

La viñeta en el universo cuántico

'Alien¿, 'Blade Runner¿ y ' Mad Max¿ no tendrían su fuerza icónica sin la referencia creativa del cómic

Portada de un tebeo de Flash Gordon.

Portada de un tebeo de Flash Gordon.

ÁNGEL SALA

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La ciencia ficción siempre ha sido un territorio creativo por el que escapamos hacia fronteras alejadas de las coordenadas espacio/tiempo y, sobre todo,nos liberamos del peso de una realidad excesivamente conservadora en lo dimensional.

El cine (sobre todo desde la mítica 2001, una odisea del espacio de Stanley Kubrick) ayuda a cristalizar ese viaje necesario hacia las estrellas y otras realidades en un contenedor emocional de imagen y sonido que tiene importantes cimientos fundacionales en la extensa y rica tradición de la ciencia ficción literaria pero que utiliza como banco de pruebas la capacidad ilimitada de la viñeta, del dibujo en movimiento interactivo en esa capacidad de ruptura con coordenadas de lo cotidiano que siempre ha tenido cómic.

Desde la audacia pionera de personajes como Buck Rogers o Flash Gordon hasta la complejidad estética y conceptual de un Moebius, el cómic ha ido informando con paciencia el imaginario de género de los grandes cineastas tanto desde perspectivas pulp como de las más trascendentes. Así, las leyes físicas rotas desde las tiras diarias en prensa han traspasado dimensiones inimaginables fundiendo sin pudor space opera, paradojas temporales y súper heroísmo hasta el punto de que el triunfo final de los superhéroes en el cine esté provocado por esa secreta fusión entre universos cercanos como es cine, cómic y literatura, autopistas galácticas del pensamiento unidas para siempre en el anhelo cultural de superar fronteras cada vez más débiles.

En un momento en que clásicos del genero de ciencia ficción se están revisando con pasión y reivindicando con justicia, hay que subrayar con necesaria pasión que los AlienBlade Runner o Mad Max que en el cine han sido no tendrían su gran fuerza icónica sin la base de miles de viñetas suspendidas en el tiempo que han ido grabando la memoria de los demiurgos de la imagen mediante el culto y la referencia creativa.

El cine es un arte de artes y, dentro de su inmenso territorio, la ciencia ficción es una ínsula que ha sabido siempre conjugar mundos afines pero a veces alejados por su tratamiento crítico o simplemente por barreras erróneamente trazadas.

Paternidad compartida

Nuestra hipermodernidad asumida y militante debe poner en primera línea la paternidad compartida de la viñeta en los genes de artefactos tan complejos como puede ser Interstellar. Solo así, el cine de ciencia ficción puede exponer su grandeza con argumentos que superen la retórica estéril y caduca.