El Real Madrid sí pita... a Casillas y Florentino

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Mira por donde, igual este año no les sale. Perdón, no pluralicemos. Igual no le sale. Digo a Florentino Pérez, que es quien ha zarandeado el vestuario del Real Madrid, por negocio, por mover la caja, por hacer caja, por viejos, porque no vendían camisetas, por lo que fuese o no fuese, sacándose de encima a Xabi Alonso y a Di Maria y fichando, a golpe de talonario, a un campeón del mundo y a una atracción mundial que, de momento, no ha demostrado nada.

Resulta poco menos que increíble, impensable, sorprendente que, a las tres jornadas de Liga, recién iniciado el campeonato, el campeón de Europa haya dilapidado 'la décima' en un soplido, perdiendo dos partidos seguidos y convirtiendo el Bernabéu en un tribunal popular donde, a partir del minuto 15, tras encajar el primer gol por remate de cabeza de Tiago en el primer palo, empezaron a pitar, y mucho, y mucho, a Casillas y, en el minuto 40, no al final, no, a pedir (un sector minoritario, cierto), la dimisión del 'ser superior', es decir, del presidente.

Empiezan a ocurrir cosas en el Madrid que ya no puede solucionar un renqueante Cristiano Ronaldo, que hizo las paces con Florentino por miedo a represalias, pero, dicen, anda preparando la venganza con su fiel Mendes sin prisas. Y esas cosas, que Ancelotti intenta tapar con paños menores ("cuando te meten un gol en el primer palo, la culpa nunca es del portero") o diciendo que él ni estaba allí y, por tanto, no oyó los pitos a su portero, puede ser que acaben con Pérez bajando al vestuario y metiendo cinco gritos, porque no va a ser Florentino quien salga escocido de estos primeros rifirrafes. No.

El Real Madrid no pita, o sí pita, sí, y mucho, a su estandarte, a su capitán, a su exlíder, a su santo (el que ya no obra milagros) y a su presidente. Y eso, hace muy pocos meses era impensable. Pero, claro, cuando el presidente vuelve a hacer de director deportivo, de entrenador, de consejero delegado, de director general y casi, casi, de intermediario (ese "si ficho a Falcao, tengo que poner de presidente a Mendes" nunca fue desmentido), pueden ocurrir estas cosas. Y más. Porque, no nos engañemos, incluso a 13 de septiembre, esto pinta muy mal, no tiene buena cara.

Como dijo Jorge Valdano: "El Real Madrid tenía la fórmula y ahora tiene que volver a inventarla". Pero, claro, una cosa es reinventarse mientras ganas, hasta de cualquier manera, y otra reinventarte entre pitos y peticiones de dimisión. Porque, como asumieron muy bien (o no, pero lo dijeron con honradez) Pepe y el propio Casillas, "la afición es soberana y siempre tiene razón". Si tienen razón veremos qué hacen con el 'santo' y que decisiones (ninguna, ya se lo digo yo) toma Florentino Pérez, que, como Ancelotti, va a esperar que pase la tempestad. O que empieza a fallar el Barça. O que se descomponga el Atlético.

De momento, ya se sabe, tienen el discurso de Butragueño, un iluminado, que pide "no dramatizar" la situación, "estar todos juntos" y, por descontado, "animar a los futbolistas". Los pitos tampoco los escuchó. Si esto sigue así, que no seguirá ¿verdad?, habrá un día que los oirán. Se pasaron 12 años persiguiendo 'la décima' y se les ha hecho añicos en semanas. Y eso que a Sergio Ramos no se le cayó. Que se sepa.