EL PULSO SOBERANISTA

Rajoy, agotado

España necesita un motor de cambio y el presidente es ya solo un remolque

XAVIER BRU DE SALA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Anteayer, cuando presentó en el Congreso las medidas contra la corrupción, quedó claro que Rajoy ha dejado de ser un activo para el PP. Se trata de medidas extraídas del maletín del maquillaje de la señorita Pepis. No son comparables a las de los países con índices de corrupción inferiores. Por lo tanto, no cambiarán nada. El factor más eficaz para la regeneración democrática no se llama Rajoy, ni Pedro Sánchez, sino exigencia social. Puntualicemos: es lo único que podría llegar a ser eficaz, pero para que así sea deben cambiar aún muchas cosas.

Mientras esperamos que aumente aún más la indignación social, volvamos a Rajoy. Lo más triste para él y sus asesores, los pocos fieles que le deben de quedar, es que el motivo del agotamiento de su liderazgo tiene poco que ver con el leve maquillaje que representan las medidas. Si así fuera, otras voces del Congreso se habrían declarado dispuestas a presentar enmiendas más efectivas. Tampoco ha agotado el liderazgo por su falta absoluta de credibilidad como campeón, o adlátere, de la lucha contra la corrupción. En el más benévolo de los juicios, y suponiendo que no fuera beneficiario, Rajoy no pasa de designador y paraguas de docenas de corruptos. ¿A qué se debe pues el agotamiento de un líder que hasta hace poco mandaba tanto y era tan temido?

A la ausencia de proyecto. Si Rajoy había hecho creer alguna vez que es un motor de la acción política, es porque las circunstancias, o algún poder superior, le empujaban o le daban un poco de cuerda, como los coches de juguete de cuando él era niño, que no tenían pilas. Pero ahora, apaciguadas aquellas circunstancias tan adversas y habiendo conseguido sacar pecho y levantar la cresta, se ha creído que basta ser un gallo de espolón temible para dominar el corral.

Pero la política es otra cosa. Si en según qué temas y momentos es conveniente esperar a que escampe, en otros conviene tomar la iniciativa. ¿Dónde está el calendario de Rajoy para el año que resta de legislatura? ¡No tiene! ¿Cuáles son sus planes para la próxima legislatura? ¡No se sabe! ¿Dónde está la agenda? ¿Dónde anda la iniciativa política? ¡No dispone de ellas! Y si no cumple los requisitos del liderazgo, debería como mínimo anunciar que no se volverá a presentar. España necesita un motor de cambio, creíble, prudente, valiente y potente. Rajoy es ya, de manera irreversible, un remolque.

Rajoy viene a Barcelona arrastrado por las circunstancias y sin que se espere ninguna iniciativa significativa para contraponer a la agenda independentista de Mas. Lo mínimo que le convendría, como recomendaba Joan Tapia, es designar interlocutores para hablar de soluciones. Pero en vez de buscarlas en calidad de motor, minimizará el problema como remolque.