¿Quién ha ganado?

Insomnio, mucha ansiedad y la misma conversación una y otra vez. Intento desconectar. Es 10 de octubre y mi avión sale con destino a Alemania a las 11 de la mañana. Me largo y me propongo un reto que consiste en no mirar redes sociales ni escuchar la radio. Bajo del avión y en el tren camino a Berlín, un señor italiano me escucha hablar con mi amiga y como si hubiera visto a Madonna grita: "¡Catalanas! ¿Habrá o no habrá guerra? Rajoy tiene el ejército, lo tenéis complicado". Me dice convencido. 

Nos despedimos sin darle mucha importancia e intentando seguir con el reto. Un par de horas más tarde, un vendedor de suvenires me pregunta de dónde soy. Catalana, le contesto. Otra vez esa mirada de sorpresa. Chapurrea un poco de español y se disculpa por no saber hablar catalán. 

El día continúa sin abrir Twitter, pero parece que la angustia de la incertidumbre no se ha quedado en Barcelona. Nos acompaña por Berlín como un grano en el culo. Miradas de complicidad y mil preguntas en diferentes idiomas. Pasamos el día esquivando catalanes y vamos a cenar a un restaurante vietnamita. Otra vez la mirada y la pregunta. Esta vez una pareja canadiense: "¿catalanas? ¿Quién ha ganado?". Un colombiano se suma a la conversación y afirma levantando el puño: "¡Catalunya. A la tercera va la vencida!".

Dialogar sin pelear

No aguantamos más y entramos en Twitter para saber quién ha ganado. Vemos la propuesta de Puigdemont pidiendo diálogo y respiramos tranquilas. Entonces, cogemos nuestras copas de vino, brindamos por nuestras diferencias y le decimos al resto del restaurante, atento como si fuera la final de la champions: "Nosotras hemos ganado". 

Una votó 'sí' y la otra votó 'no'. Y aquí estamos. ¡Ganadoras! Porque aunque pensemos distinto, somos capaces de dialogar sin pelear. Los que pierden son los cobardes. Los que tienen miedo de mantener un diálogo, no sea que alguien les haga cambiar de opinión. Si de algo ha servido todo esto, es para que al viajar, ya no tengas que explicar al mundo dónde está Catalunya. Algunos lo tienen más claro que nosotros.