Lo que se dirime en el PSC

El PSC celebra este sábado la Festa de la Rosa en la Pineda de Gavà. Coincide con el periodo de recogida de avales de Miquel Iceta y Núria Parlon que se enfrentan en las primarias más arriesgadas desde que empezó el declive. Cuesta mucho etiquetar este duelo como ha explicado Roger Pascual. No hay una revuelta interna contra la paz que ha instaurado Iceta desde que sustituyó al convulso Pere Navarro. "Si Miquel va a la tele a un debate, estoy muy tranquilo aunque no lo miro porque ya sé qué dirá". Así resume un veterano militante sus sentimientos contrapuestos hacia el actual primer secretario. Tampoco es exactamente una confrontación generacional. Los apoyos de uno y otro son transversales. "Iceta es el presente y Parlon el futuro, lo que decidimos es cuándo acaba el presente y empieza el futuro", resume un exdirigente de primera línea. "Esto no va del Baix Llobregat contra el resto del mundo", remata uno de los principales cargos institucionales que retiene el partido. Y mucho menos esta es una batalla previa entre Sánchez y Díaz aunque acabará entremezclándose por el calendario. Ni se dirime la vía canadiense. En definitiva, todos saben lo que no son estas primarias pero falta definir lo que van a ser, como se van a comportar las bases del partido, da la impresión que en esta ocasión más emancipadas del control de las federaciones.  

Posiblemente en la cabeza y en el corazón de los socialistas catalanes hay un debate de ritmo y de prioridades. El PSC ha dejado de ser hegemónico en la izquierda y competitivo dentro del catalanismo. Y quiere reconstruir el espacio político que le llevó en el cambio de siglo a ocupar todo el poder imaginable. Los adversarios de hoy son otros. Unos ven a Iceta más preparado para remontar asaltando el vacío dejado este otoño por la antigua CDC en el catalanismo. El desbarajuste de los exconvergentes les parece una oportunidad única. Otros ven a Parlon como la única capaz de impedir que Colau y los comunes se consoliden como partido la próxima primavera. Recoger las cenizas o plantar una pica en la izquierda. Otoño o primavera, ese es el dilema.