'Pole dance' en el metro

Apunto de terminar Pekín express (A-3 TV), las amigas canarias se perfilan como las muy probables ganadoras de esta yincana-concurso. La verdad es que han dado mucho juego estas dos amiguitas de Fuerteventura. En particular, la que se llama María del Amor. ¡Ahh! Es una muchacha muy suelta y pizpireta. Esta semana se han subido a un metro de una ciudad de Malasia, y al ver las barras para sujetarse, María del Amor no ha podido resistirse. «¡Me siento dabuti, soy gogó!», gritaba mientras trepaba como una profesional de la barra americana, ejecutando el arte del pole dance con una maestría muy natural y posturista. Y, claro, los malasios de aquel vagón de metro flipaban de gusto. Yo creo que estas dos canarias se merecen el triunfo. Son las que mejor han entendido que para triunfar en la tele hay que hacer cabriolas, y soltar la lengua sin tapujos, con expresiones bárbaras y descosidas, como cuando van por los caminos haciendo auto stop y, si no les paran, llaman «¡Maricones, a tomar pol culo!» a los automovilistas, cosa que tiene la ventaja de que, como no las entienden, los malasios sonríen creyendo que les están saludando con cariño.  Desde un punto de vista de abnegación y esfuerzo, los ganadores debían haber sido la pareja que han expulsado esta semana, el vasco Aitor y la gaditana Charo, viuda de 58 años, ante la que solo cabe descubrirse. Su valentía ha sido heroica. Su entrega, absoluta. Y cabe anotar un detalle sorprendente por parte de otra pareja de expulsados, Ángel y Lorea. Mientras han estado concursando hemos visto que a cada familia que les daba cobijo Ángel les regalaba, sistemáticamente, una camiseta del Real Madrid. ¡Ahh! Duro golpe para el padre de Lorea, que es José Mari Bakero, el que fuera inolvidable jugador del Barça en aquella fantástica escuadra llamada dream team.

AL LORO .- También Jan Laporta está haciendo muchas posturas televisivas. Últimamente le entrevistan mucho. Es indiscutible: de los candidatos a presidir el Barça, es el que da más juego televisivo. Pepa Bueno le sentó el otro día en su sofá (Viajando con Chester, Cuatro) y viendo lo bien que cultiva el arte de la chulería, le soltó: «Pareces más un macho ibérico que un catalán tradicional». Lo más bonito de esta entrevista fue el amor que confesó Laporta por la familia Pujol. No solo por el padre, también por los hijos. Admirador de sus gestas financieras, parecía sentirse poderosamente atraído.