Pilotos mileuristas

Hay pilotos que trabajan en precario. Son jóvenes y quieren acumular horas de vuelo para poder dejar de trabajar en una compañía de bajo coste y pasar a tripular una compañía aérea tradicional. En precario quiere decir que, en vez de cobrar, pagan para trabajar. Pagan para poder hacer de copiloto en un vuelo barato. Obviamente, los pasajeros no lo saben, nadie se lo dice y desconocen estas presiones laborales. No pueden escoger si quieren volar con alguien que paga para trabajar. Ayer lo denunciaba en 'El suplement', de Catalunya Ràdio, el joven piloto Jordi Quintana, 33 años, 5.000 horas volando. Volar barato tiene costos. 

La Universidad de Gante, en Bélgica, ha hecho un estudio titulado 'Ocupación atípica en la aviación', financiado por la Comisión Europea, que denuncia esta práctica y otras. Precisamente esta semana se ha debatido en Bruselas. Pilotos que se apuntan a empresas de trabajo temporal. Que pueden estar trabajando para China o Sudamérica. Pilotos que son autónomos, falsos autónomos, como en otras profesiones, o mileuristas. El sindicato de pilotos ya hace tiempo que dice que algunas compañías utilizan las cabinas como escuelas de vuelo.

A menudo se dice que el avión es el medio de transporte más seguro. Las compañías aéreas explican una y otra vez que las medidas de seguridad y las revisiones técnicas que pasan los aviones son las mismas para todas las compañías, tanto las de bajo coste como las de alto coste. Pero, ahora, a raíz de la tragedia en los Alpes, escuchamos con más atención los profesionales de la aviación, a las personas.

Nos cuesta mucho de evaluar si 600 horas de vuelo son una garantía suficiente; nos es muy difícil de entender si el copiloto de Germanwings tuvo un brote psicótico o cómo le afectaron sus posibles problemas de visión o porqué le habían dado la baja. Tampoco podemos acabar de evaluar si el fiscal francés se ha precipitado al acusarlo de homicidio aunque sea involuntario y si, ciertamente, hasta que se tenga la segunda caja negra, no se tendrían que descartar posibles errores mecánicos.

Pero si durante unas horas tenemos que dejar que unos profesionales piloten nuestra vida, querríamos que lo hicieran con tranquilidad, pendientes de los datos del vuelo y no de las cuentas para llegar a final de mes. O como mínimo haría falta que los pasajeros tuvieran esta información para decidir si emprendemos el vuelo juntos.