mi hermosa lavandería
Palabras mágicas
Isabel Coixet
Directora de cine
ISABEL COIXET
Una de mis palabras favoritas es agujetas. No sé por qué cuando la pronuncio siento como si tuviera cosquillas en el paladar. Cosquillas es otra que me gusta mucho. Es fresca, burbujeante y pronunciándola siento casi como si alguien estuviera a punto de cosquillearme (¿será eso un verbo?). Me gustan las palabras que suenan como si las hubiera inventado un niño de 5 años uniendo sonidos que le gustan. Boliche. Fantasía. Monstruo. Cometa. Palabras que vemos casi proyectadas con colores en el aire aunque no poseamos capacidades sinestésicas.
Hay palabras que son tan perfectas que es un auténtico milagro que existan. Tomemos por ejemplo una palabra portuguesa que ha trascendido todas las fronteras: 'saudade'. ¿Existe una manera más bella de evocar “el placer que se sufre, el sufrimiento que uno disfruta”, tal como la definió el escritor Manuel de Melo? 'Saudade' es también una mezcla de nostalgia y de melancolía. Y una bossanova lejana un día de lluvia. Y Cesária Évora descalza. Y pasear por las calles llenas de edificios abandonados de Alfama. Y Coímbra en primavera. Y una ventana con vaho. Y todo lo que se nos ocurra, porque las palabras también tienen un significado íntimo que solo nos pertenece a cada uno de nosotros.
Una palabra que acabo de aprender en Noruega y que me encanta –de hecho, es la única palabra que he aprendido en Noruega– es 'utepils'. Literalmente quiere decir: “Estar sentado en el exterior bebiendo cerveza un día de sol”, aunque el día de sol sea en pleno invierno y la temperatura sea bajo cero. Es un término que reúne varios conceptos, incluida una manta para abrigar las piernas, un porche de madera con una vista formidable y atardeceres épicos.
Hay palabras que pasan de generación en generación hasta que se descubre que en realidad alguien se las sacó de la manga. Como el término ruso 'razbliuto', que menciona a menudo el experto en lenguaje William Safire y que mis conocidos rusos afirman ignorar. 'Razbliuto' es el estado en que uno se encuentra cuando se tropieza con alguien al que amó en una época y ya no ama más. Y sin embargo, aunque sus orígenes no sean del todo canónicos, pronunciando lentamente 'razbliuto' soy capaz de sentir la complejidad del término y todo lo que trae consigo: 'saudade' con unas gotas de amargura y quizás algo de perplejidad.
Otro vocablo ruso que cita a menudo Nabokov: 'toska'. Es una angustia momentánea de origen desconocido. También una necesidad urgente de algo que no se sabe lo que es. Una tristeza profunda y oscura que no se puede explicar. Un punzante dolor del alma. Una ola negra de abandono y pena. Y para finalizar les brindo una palabra indígena maravillosa que aprendí en Argentina: 'mamihlapinatapei'. Es esa mirada cargada de significado que se dan dos personas que quieren empezar algo, pero que no se atreven a dar el primer paso.
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