La obsesión de fresa

Lennon es la constante búsqueda, el nuevo giro imposible, la intuición, el inconformismo, la emoción y el arte

RAÜL FERNÁNDEZ 'REFREE'

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Estos últimos meses me ha tocado vivir en Nueva York una buena temporada. Y cada día por la noche, al pasar por delante del edificio Dakota camino de mi apartamento en Harlem, me recorría por el espinazo una extraña sensación.

Sería exagerado decir que notaba una presencia, posiblemente sería también algo ególatra -como decir que John Lennon se comunicaba conmigo, muy cuarto milenio también-, pero sí que en mi interior se removían emociones alargadas y puntiagudas que vienen de muy lejos, de cuando no te acuerdas porque es imposible acordarse.

Lo que sí que a menudo recuerdo es cuando, de adolescente, al oír Strawberry Fields Forever (mi canción preferida junto con I am the Walrus Happiness is a Warm Gun, todas de John) se desencadenó una obsesión: ese giro vocal, al final de la frase «It's hard to be someone but it all works out», la manera como lo canta, como le pone melodía a la letra, me ha vuelto loco todos estos años.

Inalcanzable

Ese momento, esas pocas notas,  lo significan todo en Lennon: la constante búsqueda, el nuevo giro imposible, la intuición, el inconformismo, la emoción y el arte. Inexplicable y puñeteramente inalcanzable, ese fragmento es capaz de dar sentido a una vida, de nublar un paseo por delante del Dakota.

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