Objetivo: evitar la desunión

May se dirige a la Cámara de los Comunes

May se dirige a la Cámara de los Comunes / periodico

ROSA MASSAGUÉ

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La convocatoria de elecciones hecha por Theresa May tiene en el ‘brexit’ dos lecturas casi contrapuestas dando ambas por sentado una victoria muy holgada del Partido Conservador el 8 de junio. El amplio margen que le otorgan todas las encuestas daría a la primera ministra la libertad para negociar un ‘brexit’ duro sin tener que pagar, ella y su partido, un precio electoral posterior. La otra lectura es la de que esta misma mayoría la liberaría de la presión del sector más antieuropeo de su partido y le permitiría pactar un ‘brexit’ blando, opción a la que parece sumarse el Partido Laborista aunque con Jeremy Corby al frente es difícil de saber.

Como en toda negociación hay otra parte que en este caso es la UE, mucho más poderosa en su totalidad que un único país, pero al mismo tiempo más frágil ya que no todos los miembros tienen los mismos intereses cuando se trata de negociar la salida de la Unión de uno de los grandes socios que la ha conformado durante más de 40 años, una salida que además dibujará el futuro de la UE.

Merkel habla poco, pero siempre de forma muy clara y ayer recordaba a los británicos que no se hicieran ilusiones pese a que Londres hace oídos sordos a lo repetido por Bruselas. El mensaje desde Berlín era que la salida del Reino Unido de la UE es una cosa y que una vez concluido el divorcio, se empezará a hablar de otra. O sea, de los términos de la futura relación en la que no entran los derechos y privilegios disfrutados hasta ahora por los británicos como miembros del club.

GRADO DE UNIÓN

La cumbre extraordinaria de este sábado en Bruselas de los 27 miembros (sin el Reino Unido) ha de servir para que la UE adopte las directrices a seguir en la negociación del ‘brexit’. Allí se verá el grado de unión de los países ante el mayor desafío al que se enfrenta la organización y si todos comparten la postura de firmeza expresada el jueves en el Bundestag por la cancillera alemana. Será un termómetro del grado de unión.

El gran temor de Merkel, que debería serlo de todos los europeos, es la división, el ir a la mesa de negociación con Londres desunidos, divididos, porque esto sería un maná para todos los euroescépticos y antieuropeos en un momento en que estas pulsiones se asientan en las sociedades europeas. Que Marine Le Pen dispute la segunda vuelta en las presidenciales francesas tras conseguir un segundo puesto con 7,5 millones de votos en la primera, es la mayor demostración de esta deriva.

Por ello, para desincentivar este auge, Bruselas ha propuesto ahora recuperar --demasiado tarde-- la agenda social y dar un giro desde el liberalismo a ultranza que ha tenido a la austeridad como punta de lanza a unas políticas más sociales. Las negociaciones sobre el ‘brexit’ todavía no han empezado y el Reino Unido sigue siendo un miembro de pleno derecho de la Unión, pero este anuncio de cambio de políticas es ya en parte una consecuencia de la futura salida porque si Londres no estuviera a punto de cruzar la puerta nunca hubiera permitido recuperar la agenda social europea.