La clave

'No se acepta efectivo'

Para combatir el fraude y mejorar la recaudación, el Gobierno debería acelerar el tránsito de la economía 'cash' a la digital

ENRIC HERNÀNDEZ

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En un futuro no muy lejano, el dinero en metálico será una antigualla. Las tarjetas clásicas o las contactless, los móviles de última generación, los wearables y quién sabe qué nuevos artilugios posibilitarán que todas las adquisiciones presenciales se desarrollen sin pagos en efectivo. Desde la compra de la semana en el supermercado hasta productos tan económicos como EL PERIÓDICO o el café del desayuno. Lo que la tecnología ya permite no podrá impedirlo el hombre.

Así será, más pronto que tarde, y es bueno que así sea. Porque numerosas operaciones con dinero contante y sonante, sobre todo (pero no solo) las de mayor cuantía, engordan la economía y el empleo sumergidos. Solo en España suman 200.000 millones de euros al año, el equivalente al 20% del PIB que, al burlar al fisco, no sufraga la escuela pública ni los hospitales, ni las pensiones. Ni estrangulando a los más vulnerables, los trabajadores, logra España compensar ese fraude: hasta la denostada Grecia la supera en eficacia tributaria, medida en tasa de recaudación fiscal sobre el PIB.

Voluntarioso pero torpe

Las fortunas que los evasores ocultan en Suiza o Andorra se amasan antes aquí en billetes de 500 euros. Por eso en el 2012, el Gobierno dio un paso en el buen camino, voluntarioso pero torpe: prohibir las transacciones en metálico de más de 2.500 euros. Pero no parece que a quienes manejan dinero negro para eludir sus obligaciones tributarias les amilane que sus oscuras operaciones, además de opacas, sean ilegales.

Para combatir el fraude y mejorar la recaudación, el Gobierno debería acelerar el tránsito de la economía cashcon medidas más efectivas. Como retirar de la circulación (de acuerdo con la eurozona) los billetes de 500 y 100 euros, o al menos restringirla severamente. O como fomentar la extensión del pago electrónico en el comercio negociando una drástica reducción de las comisiones de la banca y de las operadoras telefónicas, que se compensaría por el incremento de las transacciones. Poner los medios, en suma, para que el cartel de No se aceptan tarjetas, un clásico de nuestras tiendas, se sustituya por el de No se acepta efectivo.No se acepta efectivo