¡No es la comunicación, estúpidos!

ALBERT SÁEZ

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Clinton derrotó contra pronóstico a Bush padre en 1992, tras cuatro victoriosos años en los que cayó el muro de Berlín y EEUU ganó la primera guerra del Golfo. Los asesores del aspirante demócrata fijaron los objetivos de campaña en la economía, que había quedado descuidada con tanto trajín exterior. E hicieron diana. Aquí y ahora, tras la debacle andaluza, los nervios del PP se han dirigido a la comunicación. Cuando una organización culpa de sus males a la propaganda es que esconde tal nivel de enfrentamiento interno que incluso imposibilita debatir las discrepancias.

Los males del PP son tres. El primero se retrotrae a los últimos meses que pasó Rajoy en la oposición.Tomó una decisión equivocada el 13 de mayo del 2010, cuando votó contra los ajustes presentados por Zapatero. Sabía que eran un compromiso del Reino de España con la UE, pero prefirió engañar a los españoles cargándoselos únicamente a Zapatero. La sombra de esa votación ha perseguido a Rajoy durante toda la legislatura cada vez que ha recortado los servicios, que ha rescatado a los bancos, que ha subido los impuestos... Sus chistes y sus eufemismos no han calado en la clase media empobrecida.

Polvos y lodos

El segundo error que paga Rajoy en las urnas tiene un nombre propio: Luis Bárcenas. Consintió que Cospedal lo despidiera en diferido y se convirtió en una bomba de relojería que estalla siempre que la economía da una buena noticia. Rajoy pensó que la caída de Bárcenas le daría el poder absoluto en el PP, cambiando los equilibrios y los pesos internos entre las baronías de Valencia, Andalucía y Madrid-Castilla La Mancha. Pero el resultado es que Bárcenas se ha convertido en un arma arrojadiza entre las familias populares y en un bumerán contra el plasma del presidente.

El tercer error de Rajoy ha sido reírle las gracias a Podemos durante meses. Se dejó llevar por los alquimistas demoscópicos que le vendieron la moto de que Pablo Iglesias hundiría al PSOE sin provocarle ningún rasguño. De aquellos  polvos llegan ahora los lodos de Ciudadanos que le hacen jaque.