Las niñas de Nigeria también son nuestras niñas

SÍLVIA CÓPPULO

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"Yo he secuestrado vuestras hijas y las venderé como esclavas al mercado en nombre de Dios". Aboubakar Shekau, líder del grupo terrorista islamista radical Boko Haram, anunció el pasado lunes en un vídeo qué pensaba hacer con las 223 niñas secuestradas de la escuela de Chibok, al nordeste de Nigeria, el 14 de abril pasado. 

A algunas no las venderán. Se las quieren quedar como esclavas. Las violan, les pegan y les hacen trabajar sin descanso. 

Las secuestraron porque van a la escuela. La educación occidental que empiezan a recibir puede poner en peligro la absoluta sumisión con la que viven. Si las niñas tienen la libertad de aprender, querrán ser mujeres libres. Una mujer libre en Nigeria es un desafío.

Ayer, Michelle Obama sustituyó su marido en su alocución semanal. Condenó el secuestro y defendió el derecho a la educación en todo el mundo.

Es Nigeria, es la África negra, son niñas. Quizás porque se trata de África, este continente que emocionalmente nos queda lejos y nos implica menos, la comunidad internacional ha tardado en reaccionar. Son niñas que iban a la escuela, secuestradas. A las vírgenes, las venderán como esclavas por 10.000 dólares, y así el hombre amo las podrá estrenar y violar tanto como quiera. Desde hace 48 horas las redes hierven y empujan a Gobiernos e instituciones occidentales a moverse. No parece nada fácil conseguir que el Gobierno nigeriano actúe y que las niñas vuelvan a casa. Pero si no presionamos, lo que es seguro es que no se hará.

En 'El Suplement' abordamos la cuestión en el apartado de análisis de la actualidad y trabajaremos para poder incidir más directamente la semana que viene. Las niñas de Nigeria también son nuestras niñas.