Navarro se descuelga de la ruta soberanista

"Los socialistas catalanes rechazan la 'hoja de ruta' del proceso soberanista que han diseñado CiU y ERC y apuestan, al igual que sus compañeros del PSOE, por una reforma constitucional"

Pere Navarro, en la reunión de la ejecutiva del PSC, este lunes.

Pere Navarro, en la reunión de la ejecutiva del PSC, este lunes. / periodico

JOSÉ ANTONIO SOROLLA

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El resultado de la conferencia política del <strong>PSOE</strong>, que puede resumirse en un pacto entre la actual dirección y las organizaciones de Andalucía, Asturias y Catalunya, ha servido para clarificar y mejorar las relaciones entre el PSOE y el PSC, que, en contrapartida, rechaza de forma explícita la 'hoja de ruta' soberanista diseñada por CiU y ERC.

El primer secretario del PSCPere Navarro, niega que la negativa de los socialistas catalanes a acompañar a la mayoría soberanista del Parlament sea fruto de un pacto en la conferencia del PSOE. En cualquier caso, los dirigentes del PSC admiten que, por primera vez en meses, se sintieron cómodos entre los compañeros del PSOE, que les ovacionaron en el plenario de la conferencia, y la firmeza antisoberanista del PSC se produce inmediatamente después de la conferencia.

La única discrepancia de fondo entre el PSOE y el PSC era que los socialistas españoles rechazan el derecho a decidir en Catalunya, que el PSC llevó en su programa electoral y asegura que sigue apoyando. ¿Qué ha cambiado entonces para que el engranaje PSOE-PSC se haya engrasado y ya no chirríe tanto en este punto?

Políticos y medios soberanistas acusan al PSC de bajarse del autobús o del tren soberanista precisamente cuando se está haciendo lo que los socialistas catalanes pedian, promover una consulta "legal" y "acordada", y no entienden el desenganche de la resolución pactada por CiU, ERC, ICV y la CUP para solicitar al Congreso de los Diputados que el Gobierno transfiera a la Generalitat la posibilidad de celebrar esa consulta mediante la delegación de competencias que permite el artículo 150.2 de la Carta Magna.

Novedad relativa

La negativa del PSC no es totalmente nueva ni un giro radical, como se dice, porque el partido socialista ya votó en contra de una resolución similar aprobada a finales de septiembre en el Parlament, al término del debate de política general, en la que se llevaba al Congreso la celebración de la consulta y se instaba a que se acordara la fecha y la pregunta antes de final de año.

El PSC dijo entonces y reitera ahora que eso era una repetición del 'plan Ibarretxe' y que no iba a participar en una iniciativa condenada el fracaso. Ahora, el PSC explica, y aquí sí que hay una novedad, que no va a apoyar ningún procedimiento que no esté previamente acordado con el Gobierno central, como se hizo en Escocia. Es decir, las condiciones que siempre ha puesto el PSC para la consulta --"legal" y "acordada"-- deben negociarse antes de plantear las iniciativas parlamentarias o de otro tipo para que cuenten con su voto favorable.

En otras palabras, Navarro afirmó el miércoles que el PSC sigue defendiendo el derecho a decidir, pero no acepta la "chapuza" que se está haciendo al aplicar la hoja de ruta de CiU y de ERC, que, en realidad, solo pretenden, según el líder socialista, cargarse de razones para justificar después una ruptura porque saben, y reconocen en privado, que la consulta no se va a celebrar. Navarro añade que no va a jugar a acompañar a Artur Mas en su "suicidio político".

Esta clarificación de la postura del PSC satisface al PSOE porque, aunque los socialistas catalanes sigan apoyando teóricamente el derecho a decidir, dan por hecho que la consulta no se producirá y que la única alternativa que, ahora sí, ambos partidos defienden es la reforma de la Constitución votada en referéndum por todos los españoles y la elaboración después de otro Estatuto que desarrolle la singularidad de Catalunya incluida en la nueva Carta Magna y refrendado solo por los catalanes.

Con la exigencia del pacto con el Gobierno central para votar cualquier resolución, el PSC, sabedor de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no está por la labor, gana también tiempo en espera de que una eventual nueva mayoría en el Congreso tras las elecciones generales del 2015 facilite la alternativa de la reforma constitucional federal que los socialistas confían en que se erija como la única solución válida tras el fracaso de Mas.

La hora de la verdad

El descuelgue del PSC significa que la resolución del Parlament contará solo con los votos de CiU, ERC, ICV y la CUP (87 diputados), que no alcanzan los dos tercios de la Cámara (90 escaños), mayoría que se necesita para modificar leyes importantes, como el Estatut, por ejemplo.

La ausencia del PSC puede crear problemas a los partidos que siempre han querido tenerlo al lado en este proceso, desde CDC hasta ICV. Mas aseguró el martes que el tren no se detendrá, pero reaccionó con una dureza contra los socialistas que refleja su incomodidad. Puede asimismo suscitar dudas sobre todo en Unió, cuyo líder, Josep Antoni Duran Lleida, no cesa en sus advertencias dirigidas al presidente de la Generalitat.

Entre los partidos firmantes de la resolución existen también discrepancias. CiU, ERC y la CUP abogan porque los diputados nacionalistas en Madrid presenten directamente la iniciativa de cesión de competencias en el Congreso de los Diputados, mientras que ICV prefiere que sea una proposición no de ley aprobada en el Parlament la que se debata en el Congreso. La primera fórmula es más rápida --podría discutirse antes de febrero-- mientras que la segunda sería más solemne, pero podría ser retrasada varios meses por la Mesa del Congreso.

La firmeza de la dirección del PSC, que ha asumido que ha llegado la hora de la verdad, provocará sin duda un agravamiento de las divergencias con el llamado sector más catalanista del partido, que representa un 25% de los dirigentes y militantes de la formación política. Es un riesgo que Navarro prefiere correr --la escisión, de todas formas, parece improbable-- ante la necesidad de marcar con claridad su política en Catalunya y pacificar las relaciones con el PSOE.