Mundo (pop) viejuno

Tengo que hacerme cuanto antes con 'Snob', el nuevo disco de Paolo Conte, en vistas a enriquecer el 'trip' musical provecto que estoy disfrutando estos días con las últimas obras de Leonard Cohen ('Popular problems') y Marianne Faithfull ('Give my love to London'), mientras espero la aparición en noviembre de lo nuevo de Bryan Ferry. Que todos estos carcamales sigan grabando discos no solo es una buena noticia para quienes nos enganchamos a ellos en la adolescencia, sino también una muestra de astucia de las compañías, plenamente conscientes de que ya solo compramos discos los mayores de 50 años, última generación en darle importancia al 'packaging', la 'hard copy' y la legalidad vigente. Así es cómo, poco a poco, la música grabada y empaquetada se está convirtiendo en un capricho de los rockeros de la tercera edad, obsesionados por cosas tan caducas como la integridad de un álbum, su carpeta, sus letras y sus créditos. Otra ventaja de los discos de autores viejunos es que los puedes comentar con tus amigos, la mayoría de los cuales no ha escuchado nada desde 1988 o 1977.

Y además, el mundo viejuno se porta bien: 'Give my love to London' es el disco de Faithfull que más me gusta desde el formidable 'Before the poison', y el de Cohen te deja con ganas de escuchar esa supuesta secuela que él mismo anunció irónicamente y que habría de llamarse Unpopular solutions. Ya sé que Conte nunca volverá a escribir algo del calibre de 'Genova per noi' o 'Via con me', pero seguro que 'Snob' contará con dos o tres piezas que justifiquen el gasto. Lo mismo pasará con lo nuevo de Ferry: no habrá nada equiparable a 'Do the strand' o 'A song for Europe', pero quien tuvo retuvo, y sé que me dará dos o tres canciones de mérito.

Toda esta gente son como de la familia y a uno le apetece seguirles frecuentando, aunque empiecen a chochear. Ahora que lo pienso, no sé a qué esperan Paul Simon y Ray Davies para recuperar el contacto con un servidor de ustedes. Ya sé que están viejos y calvos y que se repiten un poco, pero yo los echo de menos.