Peccata minuta

Mentir verdades

JOAN OLLÉ

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Señores Junqueras y Mas, se lo pido encarecidamente: dejen de mentir verdades o soñar tortillas sin huevo, que, para el caso, es lo mismo. No me va la vida en ello y puedo hablar de ustedes como Obelix y el Capitán Trueno redibujados por el gran Ibáñez: Pepe Gotera y Otilio, processos a domicilio. Pero sí me preocupa el futuro de los chavalines que pronto van a ver como se estrella su estelada contra la realidad que ustedes les escamotean. Sus últimas negociaciones de sí pero no, con pero sin presidente listo sin lista, pero todo por la Patria y yo tres pero tú cuatro hubieran hecho las delicias de Cantinflas. Se lo pido por mi hijo, por sus hijos, por nuestros hijos, a quienes ustedes, como los curas (¡y las monjas!), les prometen el cielo y hablan de democracia, degradándola a cada gesto, tono y palabra. Están logrando ustedes que España y Catalunya sean dos desastres paralelos comandados por Grandes Capitanes de todo a cien. ¿Queda algún sabio por ahí, algún poeta? ¡Que hable, que cante, por favor, urgentemente! No, ya no queda nadie: todos en nómina o negados de pan y sal, de pan con tomate. ¡Qué pena, qué erial!

President: todo empezó aquella tarde festiva en que salió mucha gente a la calle y usted, sediento de épica y con mirada latifundista, rumió: "Todo lo que abarca mi anhelo puede ser mío". Y perdió usted muchísimos votos: se le vió el llautó. Pero, apoyado desde el más allá por su mentor Pujol -exespañol del año de Abc ya reconvertido en soberanista y a punto de ser andorrano de honor-, solo le hizo falta a usted, afrancesado, encomendarse a Le Tartuffe de Molière para recordar que una mentira, para dejar de serlo, solo necesita ser amparada por una mentira aún mayor, y así, exponencialmente, hasta tomarla por verdad.

Y aquí estamos. ¿Qué respuestas han recibido, president, de las cancillerías a las que enviaron sus SOS a favor de la soberanía catalana? ¿Qué economistas sin chaquetas de colores se han comprometido en la viabilidad de una Catalunya intrépida? Nos guste o no, Europa va en serio. Y los Manelics,en casa y con gaseosa. O la revolución.

Sirtaki y sardana

El azar ha querido, president, que la ayer mítica, inalcanzable, llachiana y hoy mísera Ítaca se hayan superpuesto. Y que un descorbatado posbolchevique y usted, bailando un transversal pas à deux de sirtaki y sardana pretendan chulear a Europa. A él, convocador in extremis de referéndums populares, le han bastado pocas horas para traicionar, en aras de la realidad, el mandato popular y hacer un ridículo impropio de los fundadores de la democracia.

No le imiten, por favor. Dejen de mentir verdades, se lo ruego, por nuestros hijos.