Marta y David: «Lo cogí del brazo y pensé: 'No quiero separarme nunca'»

Lejos de ser la bacanal que aparenta en una primera lectura, La Gran Follada de Igualada (del catalán 'foll', loco) es una celebración lúdica para todos los públicos. Se trata de correr y superar obstáculos en pareja (chico-chica, abuelo-nieto, tía-sobrina...) y atados por la cintura. El 7 de abril se celebra la cuarta edición de esta original competición que propició el flechazo entre Marta Heras y David Prats. La primera vez corrieron como singles, la segunda como pareja y este año lo harán como matrimonio. Llegan a la entrevista cogidos de la mano.

-Tiene su guasa que el recorrido de La Gran Follada sean 6.969 metros.

-Marta: Cuando explico cómo nos conocimos siempre digo que nosotros empezamos por el final. [ríe]

-Rebobinemos hasta abril del 2011.

-M: Yo estaba obstinada con hacer la carrera (ahora entiendo por qué), pero no tenía pareja y puse un anuncio en la página de Facebook de la organización. Buscaba una chica, porque pensé que un chico igual me llevaría arrastrando con la cuerda.

-Pero le contestó David.

-David: Había muchos anuncios, pero el primero que vi fue el de ella. Tenía claro que no es una carrera para hacer marca, sino para divertirse.

-M.: Quedé en que yo hacía la inscripción y le pregunté la edad, de dónde era y de paso la altura, el peso... [ríe] Fue la única pareja que se formó por internet para correr aquel año.

-Dos desconocidos en mallas y atados por la cintura. ¡Qué corte!

-D: No nos conocíamos de nada, apenas habíamos hablado, pero enseguida nos dimos cuenta de que nos compenetrábamos perfectamente.

-M: En la primera prueba uno corría de frente y el otro de espaldas, luego a caballito, sorteando vallas, saltando balas de paja y, finalmente, ¡la entrada nupcial!

-Menuda premonición. ¿Sintió algo cuando él la cogió en brazos?

-M: Lo sentí desde la primera prueba. Lo cogí del brazo y en aquel instante pensé: «No quiero separarme nunca más».

-D: En aquel primer contacto físico sentí todas las emociones de las que hablan las canciones de amor. Fue tocarla y pensar: «Es esto».

-Un flechazo como una catedral.

-M: Terminó la carrera y estuvimos dos semanas sin vernos, pero yo seguía pensando en aquel chico. Así que le propuse salir a correr y corriendo nos fuimos conociendo.

-D: Empezamos a salir en junio y en agosto ya hablábamos de casarnos. La boda fue el 29 de junio del 2012.

-M: Imagínese, ¡conquistar a un chico con mallas y sudada! Pensaba que nunca en la vida se fijaría en mí.

-Esta carrera resulta un buen entrenamiento para la vida en pareja.

-M: Es muy gracioso porque puedes ver los roles de las parejas. El típico que va corriendo a saco y ella va tirando de la cuerda y diciendo: «¡Yo no pienso correr más!». O el que anima: «Venga, cariño, tú puedes». Cuando llegas a la meta piensas: «Si hemos sido capaces de superar esto, estamos preparados para tener una relación».

-D: La carrera es una metáfora de la vida en pareja, con sus obstáculos, sus problemas de comunicación...

-M: El día de la boda un amigo dijo que la vida era como una carrera y que nosotros ya habíamos empezado así y sabíamos que la solución ante los obstáculos es cogernos de la mano y seguir corriendo.

-¡Qué forma más bonita de describir la vida en pareja!

-M: Fuera de la carrera también salimos a correr, uno al lado del otro. Es un momento muy nuestro. Correr me conecta a la vida y cuando lo veo a él a mi lado pienso que todo es perfecto y está en armonía. ¡Hemos llegado a celebrar el fin de año corriendo!

-D: En las invitaciones de boda pusimos una foto vestidos para correr y adaptamos una frase que decía: Correr juntos es como hacer volar una cometa, las emociones se elevan y no quisieras que cayeran nunca, por eso no podemos parar de correr.

-Este año también han corrido a inscribirse en La Gran Follada.

-D: Para nosotros es una celebración. Es nuestra carrera, aquí empezó todo. Le debemos mucho.

-M: Y el año que viene ya se verá cuántos somos, porque el resultado de esta gran follada no se sabe cuál será.