Manifiestos

Antes de nada, deberíamos definir 'intelectual' y 'persona de izquierdas', pero este es un asunto muy difícil de dilucidar. Quizá podrían responder, con todos los respetos, el odontólogo jubilado, el miembro de la asociación de enfermos del riñón, el auxiliar de geriatría, el delineante o el técnico de sonido que firman el manifiesto '1-O Estafa antidemocrática'. Ellos lo sabrán, como seguro que lo saben los miembros de Recortes Cero, la entidad promotora del anuncio, sospechosamente relacionada con Unificación Comunista de España, un partido político relacionado con la práctica sectaria, que no han podido evitar la tentación de colocar sus fotos junto a Miguel Ríos o Marisa Paredes.

Dejemos, pues, los conceptos para más adelante, y dejemos también al margen uno de los atentados más groseros que nunca se han perpetrado contra el diseño, con este manifiesto-anuncio maquetado por un devoto exaltado del 'horror vacui'. Centrémonos en la idea de hacer un manifiesto contra el referéndum. ¿No se dan cuenta de que la sola presencia del manifiesto certifica la entidad de la consulta? ¿No ven que pagando el anuncio ya participan en la campaña, una campaña, por cierto, considerada ilegal? El mismo día que se publicaba lo de la «estafa antidemocrática», más de 1.400 intelectuales universitarios catalanes firmaban un papel a favor del 1-O. Ay, no. No eran intelectuales ni, quizá, de izquierdas. Solo eran, son, científicos e investigadores.