tú y yo somos tres

Mamá quiero ser artista (o no)

Miguel Ángel Revilla se batió en duelo culinario con Alberto Chicote.

Miguel Ángel Revilla se batió en duelo culinario con Alberto Chicote.

FERRAN MONEGAL

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Hemos elegido en casa, como imagen televisiva de la semana, esa pintoresca puesta en escena del expresidente de Cantabria,Miguel Ángel Revilla, con delantal de cocinero, batiéndose en duelo culinario contraAlberto Chicote. Sucedió hace unos días enLa Sexta noche(La Sexta).Revillapreparó perrechicos de Brañavieja, también llamadas setas de San Jorge; yChicotecocinó un arrocito con pulpo. Y un humilde jurado popular dio ganador aRevilla. ¡Ahh! El cocinero profesional sucumbió en su propio terreno, o sea, entre fogones. Y resulta que, en la tele, el mejor cocinero fue el político. El lance es meditable. El showque allí se montó merece ser elevado a categoría. Sentimos en casa porRevillauna admiración indiscutible, eso lo digo de entrada para que sirva de frontispicio. Hemos seguido con pasión, meses y meses, de plató en plató, su progresión televisiva.

Pero la dinámica de la tele es implacable. Ya no basta con queRevillasea la voz de los miles de preferentistas que han sido robados y estafados por cajas y por bancos. Eso ya lo hizo en sus primeras apariciones televisivas. Tampoco basta con que salga con una pizarra y nos de una clase magistral de macroeconomía, señalando los colosales errores que se están cometiendo y dándo formulas sensatas para corregirlos. Eso también lo hizo en dos o tres platós seguidos. Ahora la tele, viendo que el personaje está popularmente afianzado, es decir, viendo que consigue subir los indices de audiencia, ahora lo que conviene, les decía, es que la criatura siga progresando según la ley televisiva. Y para eso hay que buscar formulas imaginativas, hay que crear escenarios pintorescos, montarle duelos entretenidos... Un posturismo visual, en suma, que estoy seguro que quizá es hastamalgré-lui, o sea, a pesar del propioRevilla. Como telespectador me gustaría que, en esta progresión,Revilla no perdiera el discurso, la voz valiente, auténtica, y sonora, que le sirvió para ganarse a esta gran audiencia que le admira. Cuando la denuncia rotunda y nítida se sumerge en elshow-aunque sea una espuma inofensiva- siempre acaba ganando elshow. Y la denuncia va quedando diluida.

Sería tremendo que para ir progresando en la teleRevillaacabase de artista enSupervivientes, la isla de los mosquitos. Aunque viajase con unpackde anchoas de Santoña y promocionase su consumo en el Caribe, la verdad es que para los que le admiramos sería un golpe terrorífico.