Dos miradas

Magia

Si pasear regularmente por el bosque alivia la fibromialgia, tenemos otro motivo ara preservarlo

EMMA RIVEROLA

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Los bosques son parajes de aventuras, terror o recogimiento. Los niños son abandonados en los tortuosos senderos de los cuentos infantiles y las brujas les acechan entre los árboles. En el bosque de Sherwood, Robin Hood se convertía en el héroe de todas las crisis y Mercè Rodoreda concibió bosques salvajes donde los troncos acogían a los muertos. Pero más allá de leyendas y quimeras, la realidad a veces también nos regala algunas dosis de magia. EL PERIÓDICO ha informado sobre un ensayo clínico realizado por instituciones tan poco dadas al esoterismo como la Universitat de Girona y los hospitales Josep Trueta de Girona y Santa Caterina de Salt que ha arrojado algo de luz sobre la arrolladora oscuridad de la fibromialgia. Así, el trabajo de campo protagonizado por un grupo de voluntarios afectados por la enfermedad confirmó que los paseos regulares por los bosques centenarios de la Garrotxa aliviaron de forma significativa sus principales dolencias. Los efectos benéficos se atribuyen a la inhalación de hongos, resinas o aceites.

Reconforta saber que muy cerca, más allá de las pantallas a las que pegamos nuestras miradas, tenemos a nuestro alcance un generoso sanatorio gratuito que puede hacernos sentir mejor. Un motivo más para preservar nuestros bosques. Además, quizá en algún sendero, aún más este fin de semana mágico, encontremos los pasos de las brujas del pasado. Más sabias que locas.