El Madrid cantó ante Plácido Domingo

El lider perdió en Valencia (2-1) un partido que hubiese podido convertirle en casi campeón de Liga

Gareth Bale lamenta una ocasión perdida, en Mestalla.

Gareth Bale lamenta una ocasión perdida, en Mestalla. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Tú los ves y dices, lo levantan. Y eso que, a los 540 segundos, ya perdían 2-0. Tú ves a Sergio Ramos de delantero centro y piensas, volverá a hacerlo. Tú ves salir al césped a Bale y estas convencido ¡que caray!, la mete (como hizo a los cinco minutos de redebutar el otro día). Tú ves al árbitro más superado de los ultimos 105 años y lo único que te viene a la cabeza es: les va a echar una mano ¡vaya que sí! Tú ves que conceden cuatro minutos más y, dices, les va a sobrar uno.

Pero tú oyes por la radio que desde que lo consiguiese el Atlético, en 1970, nadie ha logrado levantar un 2-0 en Mestalla y dices, mira, igual toca, igual esta noche no llegan a tiempo. Tú ves caminar renqueante a Marcelo y, piensas, va a meter el gol del cojo. Tú ves a Cristiano Ronaldo que tira dos faltas, como casi siempre, a la barrera y llegas a la conclusión de que, la del minuto 91, la meterá dentro.

50.000 QUE CREYERON

Pero la verdad, lo cierto, lo más perplejo, lo increíble, lo insospechado es que ocurrió. El Real Madrid, que por ganar el Mundialito menor perdió la oportunidad de pillar al Valencia en el peor momento del nuevo siglo y hasta del siglo pasado (ahora pillará al Celta con todos los titulares, cuando lo iba a pillar con los suplentes el día del viento), ha perdido esta tarde-noche, en un Mestalla, con más de 50.000 creyentes empujando, tres de los puntos que tenía de ventaja, que nadie dijo nunca que fuesen suyos.

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Y, mira por donde, el Valencia resurge (ya hizo un gran partido el domingo ante el Athletic) frente al líder, ante el mejor equipo del campeonato, y lo hace, en nueve minutos, con dos auténticos golazos de Zaza ¡de bandera! Y otro del rebelde Orellana. Luego, se replegaron y confiaron en la sobradez de un Real Madrid, que controló, tuvo el balón, pero creó muy pocas ocasiones. Un Real Madrid, que ha ganado un montón de partidos este año que no los mereció y hoy, en un Mestalla ardiente, frente al Valencia más necesitado de los últimos años, acabó enfadado todo el Madrid, con un CR7 protestón, pero se les vio más molestos, indignados, con ellos mismos (“somos los únicos culpables, no podemos entrar así en el partido”, dijo el más honrado de todos, Marcelo) y, por supuesto, manteniendo el liderato, pero ya un poco menos seguro de sus posibilidades.

OPORTUNIDAD PERDIDA

El Real Madrid dio el cante, desafinó, tuvo el peor de los gallos justo ante la mirada de Plácido Domingo, que había acudido a Valencia a ver como los suyos, los de su himno, confirmaban el título de Liga, pues, en efecto, buena parte de la sentencia pasaba por Mestalla. Y fallaron en el primer match-ball. Pero, es cierto, muy cierto, que siguen siendo aún los favoritos porque, como dicen los que saben de esto, todo depende de ellos y los demás, llámense Barça y/o Sevilla y/o Atlético, deberán esperar nuevos cánticos merengues, por ejemplo, insisto, frente al vistoso Celta, al que ya no le queda nada más que hacer que calentar aún más la Liga.