Los tanques de papel

La Catalunya infiltrada de agentes del CNI para controlar el 'procés' es una leyenda urbana. Debe serlo, o han mandado a los becarios. La reacción airada del Gobierno español a la formación de la candidatura de Junts pel Sí es la propia de quien vive en las nubes y la sorpresa ante la determinación de Mas de seguir adelante es la de alguien que no lee la prensa. Luego, para reparar el despiste y mandar un mensaje de firmeza a los españoles inquietos, la Moncloa amenaza con sacar a la calle los tanques de papel y la Zarzuela encomienda al presidente de Cantabria la filtración de su estado de ánimo. De haber en Catalunya un solo agente secreto senior, o simplemente algún analista de medios mediopensionista, habría informado a sus superiores que los líderes soberanistas practican el judo electoral, pretenden tumbar al adversario utilizando la dinámica de su propio cuerpo, en este caso, la magnitud de sus errores. Rajoyes imprescindible para el movimien to independentista; sin sus amenazas de utilizar los tanques de papel con las banderitas de los artículos de la Constitución susceptibles de ser aplicados o la aprobación de ley de defensa nacional por si hace falta una actitud de fuerza más modosita, los cuatro jinetes del Apocalipsis independentista, que son cinco, andarían dubitativos.

Estarían discutiendo sobre la conveniencia o el despropósito de aprobar una DUI con una simple mayoría de diputados. A menos que alguien pierda el norte en Madrid y pretenda dar un impulso definitivo a la independencia, el 27-S va a celebrarse y la disyuntiva votos o diputados es lo más relevante en este momento, democráticamente hablando. Los sondeos calculan que la lista encabezada por Raül Romeva,que no es suya, sino de CDC y ERC, rondará la mayoría parlamentaria. El temor a no alcanzar este objetivo mínimo que permitiría mantener vivo el 'procés' con la ayuda de la CUP, existe. La esperanza de mejorar expectativas se llama Rajoy.