Los sueldos públicos

El presidente de la Generalitat anunció ayer que tanto los miembros del Govern,consellersy altos cargos como los directivos de las entidades públicas dejarán de cobrar la paga extra de Navidad. La medida afecta a unas 350 personas, y se hizo pública 24 horas después de que los médicos del Institut Català de la Salut (ICS) reclamaran al Govern que predicara con el ejemplo y empezara por él mismo. Inmediatamente después de que Artur Mas informara del asunto en el Parlament, su presidenta dijo que estudiará medidas del mismo tipo para los miembros de la Cámara. Hay que recordar que tanto el Ejecutivo catalán como el Parlament recortaron las retribuciones de sus integrantes el año pasado. Lo hicieron en paralelo a la rebaja del 5% del sueldo de los funcionarios. Primero fue el Govern, que descontó un 15% el salario delpresidenty de losconsellers. Ernest Benach aplicó unas medidas muy similares en el hemiciclo.

Es decir, que, además de congelarse el sueldo desde el 2008, año en que se empezó a evidenciar con toda su crudeza la profundidad la de crisis, el Govern ha aplicado dos recortes. Es un gesto y como tal se debe entender, dado que, por su cuantía, es incomparable con las demás medidas. La bajada salarial del 5% de funcionarios y trabajadores de empresas de servicios concertadas con la Generalitat supuso un ahorro de 1.600 millones de euros, mientras que la paga de Navidad de los gobernantes alcanzará los 1,8 millones.

Se comprende que las acusaciones del martes de los facultativos del ICS hayan hecho mella entre losconsellers. Porque lo importante en este caso no son las cantidades, sino el gesto, que habría sido más efectivo. sin embargo, de haberlo hecho antes. En este sentido, el Govern debe ser más cuidadoso. No es fácil de entender que a estas alturas una empresa pública como Ferrocarrils de la Generalitat esté preparando los lotes navideños para sus 3.000 empleados. Los 150.000 euros que cuestan no es una cantidad importante si se compara con las macrocifras de los presupuestos, ni hay que llevarse las manos a la cabeza, pero es incoherente andarse con dádivas navideñas con una plantilla a la que se ha recortado el sueldo. Otra evidencia de que los gestos también son importantes.