Pequeño observatorio

Los quioscos son puntos de vida

La acumulación de publicaciones en un quiosco da una visión muy clara de la diversidad humana

Los quioscos de la Rambla ofrecen un variopinto catálogo de recuerdos volcados en el visitante.

Los quioscos de la Rambla ofrecen un variopinto catálogo de recuerdos volcados en el visitante.

JOSEP MARIA ESPINÀS

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He ido a comprar un periódico a media mañana. Tengo una discreta familiaridad con la quiosquera. No mucho, porque habitualmente recibo los periódicos en casa. Han desaparecido, en mi barrio, otros quioscos, pero no han resistido la tentación –la necesidad– de transformarse. Lo más frecuente es que se conviertan en pequeños bazares con caramelos, libros de éxito, gomas de borrar, calendarios...

En otros tiempos, y en lugares como en Turquía, un quiosco era un pabellón construido en un jardín, o una casa lujosa dedicada a la recreación, según explica la Enciclopèdia. Con el paso del tiempo, aquellas delicadezas y aquellos lujos decayeron. En Grecia y en Roma se conservan aquellos palacios y jardines que a veces eran públicos.

Me gustan los espacios públicos de calidad arquitectónica abiertos para todos, y ver la diversidad de ciudadanos anónimos que se detienen ante un 'monumento' tan frágil como un quiosco de periódicos. Según la elección se puede jugar a adivinar la ideología o inquietudes culturales del comprador, pero la posibilidad de fracaso es muy alta. Hay quioscos populares, como el de Canaletes, espacio de celebración de los éxitos del Barça. Pese a mi ignorancia, me atrevo a decir que griegos y romanos también tenían espacios de celebración.

EN LA ENTRADA DE LOS GRANDES ALMACENES

Cuando he estado en Londres, siempre me ha admirado ver, cerca de la entrada de los grandes almacenes, unos vendedores de periódicos que se habían instalado cerca de las puertas. Se podía olvidar lo que había comprado, pero no olvidar la existencia de los diarios.

Cuando voy a mi editorial paso por delante de un vendedor de periódicos y revistas. Miquel tiene una planta baja muy bien ordenada. Pienso que el apelotonamiento de publicaciones le debe proporcionar una visión muy clara de la diversidad humana. Y ha de acoger tanto la publicación minoritaria como la del éxito popular. Los Goncourt dijeron que un diario era unos céntimos de historia envueltos en un papel.

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