El móvil bajo el uniforme escolar

ENRIC HERNÀNDEZ

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Catalunya fomentará el uso del teléfono móvil en las aulas «como instrumento pedagógico», con el propósito de «dar las pautas educativas que favorezcan el trabajo del alumno» y evitar que lo utilice «cuando no toca». Así lo anunció ayer la 'consellera' Irene Rigau en la última jornada del Mobile World Congress de Barcelona, en sintonía con el informe presentado por el Consell Escolar de Catalunya, que reúne a Administración, profesores, alumnos y responsables de centros privados. Recién levantada en Nueva York la proscripción de los celulares en la escuela, Generalitat, docentes y familias apuestan, pues, por lidiar con un fenómeno imparable en lugar de darle la espalda.

Sin menospreciar la potencialidad educativa que puedan tener los 'smartphones', tal vez deberíamos preguntarnos también por sus efectos adversos. ¿Ayudan las pequeñas pantallas a mejorar la atención y la comprensión lectora de los alumnos? Cuando un chaval pierda el hilo argumental del texto que aparece en su móvil, ¿volverá a leerlo o lo almacenará en la 'lista de lectura'? ¿Llegará hasta el final o se perderá en la maraña de enlaces y elementos relacionados que salpican los contenidos digitales? En suma, ¿abrir de par en par las puertas del colegio a la telefonía móvil incentivará en los adolescentes la pasión por una lectura crítica e inquieta o, por contra, acabará de vaciar las bibliotecas?

Cierto que la prohibición absoluta sería ineficaz y extemporánea. Si los niños usan móviles es porque sus padres se los compran; mitad porque no paran de pedirlo, mitad porque, erróneamente, así creen controlarlos. Y si muchos pequeños sueñan con un 'smartphone' es por emulación de sus padres, usuarios compulsivos, o de sus amigos, que lucen uno de ultima generación.

Tecnología consumista

De acuerdo, no pongamos puertas al campo. Pero tampoco subordinemos la educación de nuestros hijos a una tecnología concebida para fomentar el consumismo, no la pedagogía. Si alguna ventaja tiene el uniforme es que iguala a todos los estudiantes, vistan de marca o de mercadillo. Que las prestaciones del móvil no se conviertan en el nuevo factor de desigualdad.