Apuntes

Libros al sol, libros a la sombra

JOSEP MARIA POU

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Resaca, todavía, del Día del Libro. Aturdimiento que aumenta con el repaso, hoy mismo, de los más vendidos. Listas definitivas que modifican listas de urgencia de la noche del 23. Y el debate, que no cesa, entre escritores de abolengo o escritores mediáticos, entre literatura o palabrería, entre el ser o la nada.

Compré libros, claro que sí, el jueves pasado. Y regalé libros. Los compré y regalé en beneficio propio; es decir, para mí. Nada distinto a lo que vengo haciendo la mayor parte del año. Soy de los que compran libros como otros compran chuches: por vicio. Entiéndase vicio por costumbre, pero entiéndase también por placer, por adicción, por pecar a sabiendas sin propósito de enmienda. No hay librería que se me resista. Pasar ante su puerta, entrar y consumir es todo uno. Todos los días del año. O los más. No iba a ser distinto un 23 de abril. Sería fácil decir «ya compro bastante todo el año, como para comprar a lo borrego un día en concreto» y empeñarse en llevar la contraria. Sería mentir. Mentirme a mí mismo. Una gilipollez.

Una variante me permito en Sant Jordi, eso sí. Mi compra se circunscribe al género memorialístico. Me extiendo a lo biográfico, también. Pero siempre limitado a memorias o biografías de escritores. Es mi manera de homenajear a quienes dedican su vida a la escritura. Es como buscar, ese día, y a partir de ese día todos los días, el trato íntimo y personal: «No me basta con tu dedicatoria y con tu firma boli en mano; quiero tu vida. Y tu obra atravesándola».

Siguiendo mi tradición salí esta diada a la caza y captura de unos libros en concreto. No estaba ninguno de ellos en los mostradores a pie de calle. Ninguno a la luz del sol. Tuve que meterme en lo oscuro, entrar en la librería y buscar. Y aún tuve que pedir ayuda para encontrarlos. Pero salí con el botín a cuestas.

Y aquí los tengo, a mi lado, sin abrir todavía. Aquí está Enrique Jardiel Poncela (¡Haz reír, haz reír! de Víctor Olmos. Ed. Renacimiento). Y aquí Don Ramón del Valle-Inclán (La espada y la palabra de Manuel Alberca. Tusquets Editores). Aquí, de nuevo, Fernando Fernán-Gómez (El tiempo amarillo. Ed. Capitán Swing) ahora con prólogo de Luis Alegre.Teatreros, los tres. Con un cuarto, entrañable, que no escribió, pero como si. (Don Paco Martínez Soria, el donde la risa de Javier Lafuente. Ed. Doce Robles).

Mi lista, breve lista, de este año. La que me importa. Y la que comparto, gustoso, con ustedes.