Las nuevas 'labores' de las mujeres

Lo leo en El Punt Avui: cuatro alumnos de Manresa y Barcelona obtienen la mejor nota de las PAU. Confieso que no sé qué son las PAU, quiero decir que no sé qué significan estas tres letras, y me excuso por esta ignorancia. En el ámbito escolar, como en muchos otros ámbitos, se han impuesto las siglas.

(Un inciso: la proliferación de siglas y contracciones de frases y marcas es un hecho muy antiguo. Pienso en INRI, iniciales de las palabras de la frase Iesus Nazarenus Rex Iudeorum que se puso en la cruz de Jesús).

El futuro del PSOE

Recupero la sensación de ignorancia de la enseñanza con las PAU. Pero, como ya he dicho, la información es positiva. Y tendré que hacer una precisión en la que no había pensado: son chicas. «Cuatro alumnos», dice la información. ¿Podrían ser chicos? En catalán, cuando usamos el plural, si no nos añaden alguna explicación de su uso podemos incurrir en un equívoco.

En el uso normal del lenguaje hablamos de los genios, por ejemplo, y las genias no existen. Las personas incivilas, tampoco. Ni las insinuaciones de ser sutilas de tan femeninas como pueden ser.

Pero abandono esta pequeña disquisición lingüística para subrayar una evidencia: la profunda y amplia penetración de las mujeres en nuestra sociedad, y muy especialmente en los ámbitos del ejercicio profesional. Una de las primeras incorporaciones fue la de las enfermeras. Se admitía su capacidad de atención hacia los detalles, el trato eficaz y afectivo con los enfermos. Con el paso del tiempo se demostró que la mujer podía actuar con la misma eficacia que el hombre en varios territorios profesionales que habían sido una exclusiva masculina.

Yo he llegado a ver esta evolución. Hasta el punto de que, si no me equivoco, más del 90% de las chicas han superado las pruebas de la selectividad. La dedicación básica a sus labores es una exclusiva que ha pasado a la historia.