La clave

La voladura de la Constitución

JUANCHO DUMALL

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El catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo sostiene en La reforma constitucional inviable (Los libros de la Catarata) que la Carta Magna no se va a retocar, aunque cada vez más voces vean en esa operación la única vía para  solucionar el grave conflicto Catalunya-España. Afirma el jurista sevillano que la Constitución de 1978 está pensada de facto para que no se pueda reformar, pues consolida un bipartidismo dinástico que bloquea cualquier posible revisión de las reglas de juego. Lo que propone Pérez Royo es «volar» la Constitución, «hacerla saltar por los aires» e ir a un proceso constituyente que aborde, por fin sin complejos, el problema territorial.

No parece, ni de lejos, que las principales fuerzas políticas estén por una voladura de la Constitución, que supondría el fin del régimen del 78, y que muy posiblemente se los llevaría por delante. Pero el problema, como bien plantea Pérez Royo, es si se puede abrir el melón de la reforma sin alterar puntos enormemente sensibles del actual sistema. Por ejemplo, y a la vista del debate suscitado estos días, ¿sería posible reformar la Carta Magna sin tocar el concierto económico vasco, reconocido en la disposición adicional primera, o el convenio navarro, basados en los derechos históricos y en las tradiciones forales?

«Copiar privilegios»

La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ya ha planteado abiertamente el asunto. Si queremos un sistema de financiación autonómica más justo, ha dicho, hay que «modular» el cupo vasco. Y el líder de Ciutadans, Albert Rivera, ha ido más lejos al apuntar hacia una posible salida del conflicto catalán por la vía de un pacto fiscal. «Los privilegios no se copian, se eliminan». Como es lógico, estos planteamientos han sido inmediatamente contestados desde Navarra y el País Vasco, donde no hay representante político, desde Bildu al PP, que defienda la eliminación de esa singularidad en el sistema de financiación.

Queda claro que un posible acuerdo Catalunya-España por la vía fiscal iba a encontrar muchos enemigos. Ya los tiene cuando una negociación en ese terreno no está siquiera planteada.