Análisis

La noche en que Wang Jianlin estrenó ejército

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Yo, la verdad, viendo el partido de este miércoles, entiendo que ese chino se haya querido comprar el Atlético. O parte de él. Lo entiendo, en serio. Veamos. Usted figura entre los hombres más ricos del mundo, ya ni les cuento de China, bueno, de China se pasa el tío. Resulta que tiene pisos y edificios hasta hartarse. Vaya, se harta tanto que decide comprarse casi todos los cines del mundo y ya es el tío que tiene más cines del universo (con decirles que hasta se ha comprado todas las butacas que hay en EEUU a través de la AMC Entertainment). Pero también se cansa de los cines y va el tipo, que tiene el dinero por castigo, y se compra la preciosa fábrica de yates y lanchas veloces, de esas que solo llevan Brad Pitt y George Clooney, que se llaman Sunseeker.

Pero, nada, que el señor, de nombre, por cierto, Wang Jianlin y de imperio Wanda, se le ocurre llamar por teléfono a las oficinas de Christie's de Nueva York y les pide que le envuelvan (bien envuelto, que tiene que viajar hasta Pekín) uno de los cuadros preferidos de Pablo Picasso, 'Claude y paloma', ese en el que sale su hija de un año reposando en las piernas de su hermano de tres. Ese que, el primero que lo quería comprar ofreció nueve millones de euros, y el bueno de Wang se lo acabó llevando por 28. Pero no acaba ahí el asunto porque ahora se ha comprado casi una montaña en no sé qué rincón de EEUU porque quiere construir una Disneylandia a lo chino. Y un día de estos, digo yo, pagará lo que sea por ir a vivir a Neverland, la mansión de Michael Jackson.

Pero digo que entiendo al amigo Jianlin --que menudo fiestorro, azafatas y lámparas de araña incluidas, montó en uno de sus lujosísimos hoteles de Pekín para firmar la compra por 45 millones de euros del 20% del Atlético de Madrid--, porque, veamos, pensemos un momento, recapacitemos, alguien que ha empezado a destacar, a ser grande y ambicioso siendo sargento, o cabo, me da igual, en el Ejército Rojo, es decir, en el ejército chino, lo que realmente quiere tener ¿a que sí? ven, ustedes también lo entienden y comparten, lo que desea de todo corazón y dinero es su propio ejército. ¡Por eso se ha comprado el Atlético! Porque a Jianlin no le sirven las casas, los pisos, los solares, los Picasso, las Sunseeker, los cines, ni siquiera Brad Pitt y George Clooney, que irían a comer a su casa nada más llamarles. No, no. Él quiero un ejército con el mejor y mayor sargento de hierro que existe en el campo, o banquillo, que no es otro que don Diego Pablo Simeone González'el Cholo'.

Eso es lo que quiere el rico de Wang Jianlin. Porque, sí, está bien, estuvo estudiando comprarse el Valencia pero, que quiere que les diga, el Valencia es fuerte, férreo, pero no acaba de ser un ejército auténtico. Y él, Wang Jianlin, que viene de sargento, o de cabo, lo que quiere es un ejército de verdad, fiel, con sus tanques y lanzallamas, con hombres de armadura, auténticos soldados, fieles, casi 'rambos' futbolísticos y si, como ocurrió anoche, encima tiene al árbitro de su lado, pues mejor que mejor.

Pero, mira por donde, ese Atlético achinado, que siguió mostrándose como un batallón, salió de nuevo derrotado del Camp Nou en una noche, por cierto, en la que el mariscal de los mariscales de campo, Leo Messi, casi no estuvo. Por no estar, incluso estuvo a punto de fallar un penalti. Bueno, lo erró, pero lo marcó. Porque Messi, como los grandes, cuando juega mal, marca. ¿Y quieren que les diga una última cosa? Esperemos que Jianlin no tenga como próximo capricho a Leo Messi. Capaz es el tío.