LA CLAVE

La decisión de Rivera

Político de derechas, aunque no lo admita, el líder de Ciutadans tiene la posibilidad de dar unos años de oxígenos a los socialistas

JUANCHO DUMALL

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Albert Rivera tiene ante sí una de las decisiones más trascendentes de su carrera política. Casi todas las encuestas publicadas este fin de semana, a siete días de las elecciones autonómicas en Andalucía, conceden a Ciutadans un papel determinante en la gobernabilidad de esa comunidad autónoma. El partido de Rivera tendrá, con la docena de diputados que le conceden los sondeos, la llave para que la socialista Susana Díaz (ganadora en todos las proyecciones con entre 40 y 45 escaños, cuando la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz es de 55) pueda gobernar. La otra posibilidad aritmética, mucho más complicada en el terreno político, es que el PSOE se apoye en Podemos, formación a la que las encuestas conceden entre 15 y 18 asientos en el hemiciclo de Sevilla.

El problema para Ciudadanos es que de cómo expliquen su sí o su no al PSOE en Andalucía dependerá buena parte de su suerte en las municipales de mayo, las catalanas de septiembre y las legislativas de noviembre. Una política de pactos decepcionante para el electorado, muy difuso, del partido de Rivera puede cortar en seco el crecimiento de la que en la prensa de Madrid llaman "fuerza política de moda".

El póquer

Los más astutos jugadores de póquer suelen pasar en primera instancia cuando llevan buenas cartas para apostar a la contra más tarde. En cambio, Rivera ha enseñado ya su juego. El sábado dijo en Cádiz que no apoyará a una fuerza que mantenga en sus cargos a dos políticos, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, imputados por el Tribunal Supremo.  Si mantiene esa apuesta el próximo lunes, la actual presidenta andaluza y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tendrán un problema de primera magnitud. O se cargan a los dos expresidentes de la Junta y facilitan así el pacto con Ciudadanos, o se adentran en las procelosas aguas de un improbable pacto con Podemos, o se inclinan por una gran coalición con el PP, que puede ser letal en el futuro del socialismo. Rivera, un político de derechas, aunque él no lo admita, tiene ante sí la posibilidad de dar unos años de oxígenos a los socialistas.