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La biblioteca de 'Mad men'

JORDI PUNTÍ

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«El inicio del fin de una era», dicen los anuncios de 'Mad men' en las calles de Nueva York. Estos días se emiten en medio mundo los siete capítulos finales de la última temporada y así se cerrará quizá no una era, pero sí el retrato de una época a través de unas vidas de ficción que nos han cautivado. Durante ocho años, 'Mad men' ha conseguido un reconocimiento muy raro en televisión. No solo ha atrapado a millones de espectadores y ha recibido críticas soberbias, sino que ha influido en campos como la moda, el diseño de muebles, los peinados o el arte de la coctelería. Además, estos días, Nueva York se ha entregado a todo tipo de homenajes. En la Sexta Avenida, han puesto un banco con la silueta típica de Don Draper —la pose indolente, cigarrillo en mano- para que sus seguidores se sienten y le hagan compañía.

Más allá del anecdotario estético, 'Mad men' también ha hecho fortuna porque ha dado una mirada artística sobre una época, los 60, convulsa por sus ideas y conflictos políticos. Por eso es todo un acierto que, desde hace unas semanas, las bibliotecas de Nueva York ofrezcan a los lectores una selección de libros que han salido en la serie. Así, en la segunda temporada, cuando quiere saber lo que piensan las mujeres para una campaña publicitaria, Don Draper lee 'Lo mejor de todo'de Rona Jaffe (1958), y la curiosidad por los jóvenes rebeldes le lleva a escoger los poemas de Frank O'Hara en 'Meditaciones en una emergencia' (1957). Bert Cooper, el copropietario de la agencia, lee 'La rebelión del atlas' (1957), una novela de Ayn Rand, tan reivindicada luego por los republicanos como antídoto contra el «socialismo» de Obama. Como buena ama de casa, Betty Draper está al día y lee los 'best-sellers' del momento, desde 'La nave de los locos'de Katherine Anne Porter (1962), a 'Topaz', de Leon Uris (1967). Entretanto, Don se aventura con 'El reparador', de Bernard Malamud (1966), o 'El mal de Portnoy', del joven Philip Roth (1969). Si ya es extraordinario que salgan libros en una serie, aun lo es más que sean buenos títulos. Leerlos ahora puede ser una forma de revivir 'Mad men'.